Jueves, 28 de noviembre
UNA RARA EMOCIÓN
Siempre he dicho que para mí Antonio Machado es algo más que
un poeta, alguien de la familia. Suyo era el primer libro que compré, ahorrando
céntimo a céntimo, cuando tenía trece o catorce años. Y lo leí con tanta pasión
–aunque muchas páginas de elucubraciones metafísicas no las entendiera– que me
llegué a saber docenas y docenas de poemas suyos de memoria. Todavía puedo
empezar con los primeros versos (“Está en la sala familiar, sombría, / y entre
nosotros el querido hermano / que en la tarde infantil de un claro día / vimos
partir hacia un país lejano…") y seguir y seguir.
Esta inverniza
tarde madrileña he tenido el raro privilegio de hablar de él en el Instituto
Cervantes ante su otra familia: sobrinos nietos y sobrinos biznietos, los
descendientes de su hermano Francisco (ni él ni Manuel Machado tuvieron hijos),
también escritor.
Sentí una
rara emoción, la verdad. Como si se cerrara un círculo.
Viernes, 29 de noviembre
TANTOS AÑOS DESPUÉS
Saludo a Manuel Neila en el homenaje a los Machado y al poco
se me acerca Jesús Munárriz. Hace ya más de cuarenta años de mi primer viaje
literario a Madrid. Vine a presentar la revista Jugar con fuego y el libro Clamor
de lo incesante.
Me
acompañaba Víctor Botas, el presentador era Luis Antonio de Villena, entonces
el poeta joven al que más admiraba. Asistieron al acto, y después nos
acompañaron a cenar, Francisco Brines, Jesús Munárriz, Jaime Siles, Rosa
Pereda, Marcos Ricardo Barnatán, entre otros que no recuerdo. Eduardo Haro
Ibars, armó una pequeña performance
durante la presentación. A todos los había leído en mi rincón provinciano, pero
a ninguno conocía personalmente.
El
reencuentro con Neila y Munárriz me hace volver la vista atrás. De la mayoría
de esos escritores, no tardaría en distanciarme. La razón siempre la misma: o
una reseña que no les gustaba demasiado o alguna indiscreción en mis diarios.
“Eres la
única persona con la que se ha enfadado Brines”, me dijo una vez Vicente
Gallego. En este caso la terrible indiscreción que le hizo montar en cólera una
mañana avilesina (había ido a Asturias a varias lecturas) apareció en Los Cuadernos del Norte. Comentaba yo
los Poemas a D. K. y dije que algunos
de ellos aparecían en Palabras a la
oscuridad con el nombre completo de a quien estaban dedicados, Detlef
Klugkist. ¡Buena la hice! Creo que aún no me lo ha perdonado.
El enfado
de otros tiene mayor motivo. A Semáforos,
semáforos le dediqué una reseña tan feroz como divertida, “Soma y sema de
Jaime Siles”. Muchos años después, cenando con Dionisia García –me lo contó
ella– y hablando de otras cosas, de pronto aludió Siles a mi reseña: “La tengo
clavada aquí”, dijo señalando no sé si la cabeza o el corazón. ¡Pobre! Hoy no
sería tan maleducadamente sincero.
Jesús Munárriz
me encargó y editó un libro, Poesía
española 1982-1983, que iba a ser el primero de una serie y que tuvo cierto
eco polémico. Cuando terminé el segundo tomo al año siguiente y se lo pasé, decidió
no publicarlo, después de haberme ido animando a escribirlo. No me explicó la
razón, pero parece que algo tuvo que ver uno de sus colaboradores de entonces,
Ramón Buenaventura, que no salía muy bien parado.
Yo, que no
practico el intercambio de favores, le incluí luego en mi antología Treinta años de poesía española, a pesar
de la resistencia del editor, Abelardo Linares. Y recuerdo de memoria versos suyos, como los
dedicados a la tumba del soldado desconocido: “Soldado nunca fui. Me uniformaron
/ para la degollina. / Apaguen ese fuego, por favor; / arranquen de mi polvo
esas letras de bronce. / Más leve es de civil la eternidad”.
Nunca he
aspirado, y menos me he peleado, por un cargo, un premio, la publicación en
esta o aquella editorial de prestigio, nunca he vetado a nadie. Creo que en la
carrera literaria soy un rival cómodo. Siempre me hago a un lado y dejo que
sean otros quienes se enfrenten por los primeros puestos.
La razón de
que algunos escritores, poetas sobre todo, me honren con su odio, en lugar de
con su indiferencia, resulta inexplicable. ¿Qué le podrá importar a un poeta al
que le dan todos los premios y le jalean en los Babelias que le ponga yo
ciertos reparos en alguna reseña perdida?
Una vez, al
bajar a desayunar al comedor del hotel, me encontré a Antonio Gamoneda, que
acababa de recibir el Cervantes. Como se sentó muy cerca, y habíamos tenido
alguna relación en otros tiempos, me sentí obligado a saludarle: “Buenos días,
señor Gamoneda, no sé si acordará usted de mí…”
Saltó de
inmediato, como si tuviera preparada la réplica: “Sé perfectamente quién es
usted, pero no tengo ningún interés en hablar con usted”.
Sábado, 30 de noviembre
MADRID RECONQUISTADO
Encuentro Madrid más antipático que de costumbre, o al menos
el centro de Madrid, con sus aceras levantadas, las apretujadas multitudes, las
banderas rojigualdas que parecen marcar un territorio recién reconquistado.
––¡No
comprendo cómo te puede molestar la bandera de tu país!, me dice el amigo facha
que me acompaña.
––Perdona,
pero creo que deberías estudiar un poco de semiótica. Dos significantes
idénticos (un rectángulo con determinados colores, por ejemplo) pueden tener
significados distintos según el contexto y por lo tanto son signos diferentes.
Esa presunta bandera de España que algunos ponen en la correa de su reloj, en
el collar de su malencarado perro o tamaño XL en determinados lugares públicos
representa solo una amenaza.
––Pero no
contra los buenos españoles, contra los antiespañoles.
––¿Y
pensando así te extraña que muchos nos tentemos la ropa cuando vemos esgrimir
la bandera de España en ciertas manifestaciones? Haría falta una ley para
proteger del mal uso los símbolos nacionales.
Huyendo del
frío y del vulgo municipal y espeso, acabamos refugiándonos en el Palace. No
había vuelto a sentarme en su famosa rotonda desde los tiempos de Víctor Botas.
Él se alojaba allí porque ya lo visitaba con su abuelo cuando era niño y le
hacían una rebaja. Yo buscaba un hotel más modesto.
Recuerdo
una vez que, con no sé qué pretexto, varios contertulios hicimos un viaje a
Madrid. Botas, que viajaba sin la imprescindible Paulina, nos tuvo charlando
bajo la modernista cúpula hasta cerca de la una. No se decidía a subir a su
habitación. Nosotros, muertos de sueño, sobre todo yo, queríamos marchar, pero
él siempre encontraba un pretexto para retenernos. Al final nos confesó que le
asustaba dormir solo.
––Pues no
duermas solo –dije yo, y señalé a una elegante señorita que fumaba distraída al
otro lado del salón.
Botas se
volvió a mirarla y ella sonrió. Nosotros aprovechamos la ocasión para
despedirnos y no sé cómo acabaría el asunto.
Domingo, 1 de diciembre
ME GUSTA PASARLO BIEN
Llevan tiempo dándome la tabarra con esa obra maestra, El irlandés, la nueva película de Martin
Scorsese. Pero yo no acabo de animarme a verla. No tengo paciencia para estar
tres horas y media ante el televisor.
Desdeño una
presunta obra maestra y no me pierdo, sin embargo, una confesa nadería como Puñales por la espalda, de Rian Johnson.
Desde la primera imagen del gran caserón, ya sé que lo voy a pasar bien.
Me
arrellano en la butaca como el niño que espera un cuento. Vuelvo a la
adolescencia y a los crímenes en una habitación cerrada y a los cadáveres en la
biblioteca y a las minucias que acaban resolviendo el enigma.
Un cuento
de hadas, una bocanada de felicidad en este día gris.
Lunes, 2 de diciembre
PIENSO, PERO NO DIGO
––Me siento como un hombre del siglo XX desterrado en el XXI
–me dice un amigo más o menos de mi edad.
––Pues yo me
siento como un hombre del siglo XXI que ha tenido la desdicha de vivir la mayor
parte de su vida desterrado en el XX. No sé cómo pude soportar aquellos lugares
llenos de humo, la burla y el desprecio a los diferentes, la paciencia como
única solución para el maltrato en el matrimonio, el correo caracol, los
teléfonos que unían lugares con lugares, no personas con personas, y que solo
servían para hablar, la falta de redes sociales…
––Las redes
sociales no son más que un quita tiempos y un comecocos.
––O una
maravillosa manera de estar menos solos, depende de cómo se usen.
––¡Yo soy
de los que hablan con la gente cara a cara, de los que invitan al amigo a tomar
una cerveza!
––Tú, lo
que eres es tonto –pienso, pero no digo– o quizá solo lees demasiado a Juan
Manuel de Prada. ¿Cómo vas a quedar a tomar cerveza con un amigo que vive a
cientos o miles de kilómetros de distancia? ¿Me impiden a mí las redes sociales
tomar café y debatir con mis amigos todos los días? Las redes sociales añaden,
no restan. Ser del siglo pasado no debería impediros, ni a ti ni a Prada o
Marías, el uso del razonamiento lógico. Ten en cuenta que Aristóteles era muy
anterior.
Martes, 3 de diciembre
UN TEST
Ando algo afónico y el médico me ha recomendado que pida la
baja y hable lo menos posible durante cuatro días. Hablo lo menos posible. En
clase, bajito, y procurando que intervengan mucho los alumnos; en la tertulia
del Vetusta, permanezco casi todo el tiempo en silencio.
Al final,
cuando voy como cada día a comprar al Mercadona, sonrío y digo: “Me ha gustado
esto de callar y escuchar por una vez a los demás. Así he podido darme cuenta
de lo poco que pierdo cuando solo me escucho a mí mismo”.
La mayoría
se ríe; unos pocos se enfadan. No diré en qué grupo están mis amigos más inteligentes.
Miércoles, 4 de diciembre
MI FAKE NEWS
FAVORITA
En España no hay presos políticos.
Qué desagradable, Antonio Gamoneda. Lo valiente no quita lo cortés. Quizá yo sea un poco así. El otro día, en misa -en el momento de darse la paz- una habitual se abalanzó hacia mí a darme dos besos. Entonces me pilló desprevenida pero, al día siguiente, tenía preparada mi respuesta: "Yo doy la mano, señora". No hubo paz ese día (espero que se dé por aludida).
ResponderEliminarYo tampoco quiero ver El Irlandés, definitivamente Scorsese me resulta gratuitamente excesivo, vano. Ratifique esa opinión días atrás, viendo Taxi Driver en tv. Me pareció lenta, mal construída, regular explicada. Y sobre todo me asombre de que en la juventud me hubiera gustado. Claro que en aquella época dogmática a las películas de culto nadie se atrevía a ponerles objeciones.
ResponderEliminarEn cuanto a Prada personaje al que con frecuencia Jose a Luis alude, creo que su prosa esta muy elaborada con cincel y gubia expertos, pero si otros narradores no alcanzan su nivel no es por incapacidad, sino porque resulta algo rancia, relamida y anacrónica. Bebe en fuentes muy antiguas y esas aguas hoy en día saben a recipiente mal lavado. Por otra parte, hasta en los argumentos resuenan ecos demasiado reverberados, propios de tiempos donde las existencias y sus afanes no despiertan gran interés al lector de hoy en día. Un compositor que fuera capaz de recordar a Bacarisse, por poner un ejemplo, no recibiría demasiados aplausos. Cada tiempo debe responder de forma coherente a las nuevas sensibilidades. Y si uno prefiere a los clásicos los busca y los encuentra, sin necesidad de recurrir a sus discípulos.
Perdón, me como acentos porque en el móvil me resulta incómodo considerarlos.
Especialmente absurdo e inexplicable me resulta el enfado de Brines por haber desvelado Martín a quién se referían las iniciales D. K. ¿Realmente esperaba el poeta que no se terminase por conocer quién era el tal DK, siendo así que el propio Brines lo había revelado ya en otras dedicatorias? Inaudito. Algo así como una rabieta en la que protestase de que, si se ha de saber, tiene que ser él mismo quien lo cuente, sin que venga Martín a "pisarle" la trascendental revelación.
ResponderEliminarQué infantilismo y qué arranque autoritario. Si de verdad no quieres que se sepa, no des ninguna pista. Dedícaselo a XX o a XYZ.
Pero no viene mal, para irse curando del endiosamiento y el culto a la personalidad que solemos dispensar a los poetas, como ungidos o tocados por la mano de los dioses.
"A Semáforos, semáforos le dediqué una reseña tan feroz como divertida, “Soma y sema de Jaime Siles”."
ResponderEliminarVersos pertenecientes a ese libro:
"Con lo ojos llenos de gasolina
he leído el espacio : una Menina
de Velázquez. Y el Tiempo - coronel
de la muerte - me dio, como propina,
el gimnosperma poema de tu piel."
Un libro que fue ¡ Premio Fundación Loewe !
"De la mayoría de esos escritores, no tardaría en distanciarme. La razón siempre la misma: o una reseña que no les gustaba demasiado o alguna indiscreción en mis diarios."
NOTAS SOBRE EL DIARIO ÍNTIMO
Oviedo, 19 diciembre 1997
José Luis García Martín
http://www.araz.net/pexe/martindia.htm
(Por cierto, ¿quién es el escritor que dice "¿Sabes que es lo que más me ha dolido de tu diario? No esas cosas que dices que te digo del periódico en el que tú y yo colaboramos..."?)
Si algo bueno ha conseguido este " anónimo" -ahora transmutado en una reata de motes, alteregos, trasuntos y cuchufletas- es disuadir al mal F de algo que era habitual en él, pero que visto en lomo ajeno, luce tan mal que ha llegado a provocarle/me un sarpullido, un reconcome y hasta un reflejo aversivo hacia lo que él mismo venía haciendo pero que, sin embargo, no era consciente de los huevos que rompía.
ResponderEliminarAhora F descubre que tanta reitereción con nombres metidos de matute, tanta guapeza y cierta chulería no son socialmente de recibo. Salvo en la ultramontura, F se ve reflejado en este pesao, que peca de lo mismo que él echaba en pleno belfo al, sin embargo, ameno, docto, dúctil, culto, guapo F.
Nunca es tarde para aprender, corregir, enmendarse... Resulta que este personaje -malgre lui- va a conseguir lo que no pudo el buen Martín con sus inamistosas admoniciones: que el mal F se enmiende en sus excesos de impostura y frecuencia.
Gracias por ello, Vinagrón.
Ver tantos fantasmas tras uno es la definición exacta de paranoia. Pero hombre de Dios quién tiene el menor interés por su persona,tranquilicese. Y además no confunda a los anónimos creyendo que todos son el mismo. Si leyera usted con menos precipitación se daría cuenta de que nada tenemos que ver unos con otros. Los hay insolentes que desafían a nuestro anfitrión, los hay bromistas y mordaces, y los hay respetuosos como yo, que por puro prejuicio y nula necesidad de protagonismo consideran oportuno ocultar su nombre.
EliminarDisfrute del domingo y déjese de remilgos y lamentos, que usted es uno más en este espacio, uno y nada más que uno.
Mi fake new favorita coincide casi exactamente con la suya. Es ésta:
ResponderEliminar"En España sí hay presos políticos".
Como se ve, la diferencia es sólo de un par de letras; cosa de nada.
En España tanto como en su "hermana de leche" política ( = Turquía) HAY presos políticos; puede tratarse de políticos, pero igualmente puede tratarse de comediantes, de titiriteros, de opinadores en redes sociales, de escritores o de profesores o de juristas.
ResponderEliminarPor usar inglés de garrafón, o por traición del inconsciente, el señor Amós sostiene que la existencia de presos políticos en España es un "fake new", es decir, un falso nuevo (noticia en inglés es forzosamente "news", con esa "s" que no hace de plural), y efectivamente, es un falso nuevo, una falsa novedad, ya que los presos políticos en España no son una novedad, los hay desde tiempo inmemorial, y de hecho tiene mucho sentido preguntarse si España ha conocido ALGUNA ÉPOCA en que no haya habido presos políticos.
Lo que sí que es cierto en que ni en España ni en su hermana de leche" política ( = Turquía) a los carceleros y cancerberos liberticidas les agrada que se diga y se divulgue que en sus no-democracias hay presos políticos. Pero ya contamos con que va a ser precisamente esa la reacción de los carceleros. Cuando los tribunales de Derechos Humanos pongan en libertad a los presos políticos españoles, entonces se podrá decir sin miedo a una detención "pues sí, queda demostrado que ERAN presos políticos". Para entonces los carceleros estarán ideando nuevas triquiñuelas jurídicas para poder continuar con sus encarcelamientos políticos; se encarcelará; volverán a intervenir jueces imparciales de derechos humanos, etc etc, y así seguirá la rueda hasta que tal vez dentro de unas cuantas décadas la España de pandereta, de cerrado y sacristía, de bandera esgrimida como arma agresora (muy bien visto por Martín) alcance un nivel de civilización en que ya no queden triquiñuelas para encerrar a nadie por opinar, por expresar, por organizarse, por decidir. Será el ocaso y la desesperación de los carceleros, de los Amoses y de los Andas.
Pero no juraba usted hace un rato, señor F, que dejaría de utilizar ridículas advocaciones? Siendo además tan guapo, como asegura, no debería dejar a un lado el ordenador y andar por ahí seduciendo hembras?
EliminarY de los torturadores que todavía aplican la picana a los tontos podemitas. Si estos últimos recibieran un tratamiento psicológicos colectivo tal vez tuviéramos que tolerar menos episodios de histeria y retórica de rebajas. Me asombra tanta tontuna que en nada tiene que envidiar a la tontuna franquista de los sesenta. Al final se cierra el bucle y el españolito bobalicón necesita que un líder de pacotilla, sea Paco o Pablo,les enseñe el catecismo.
EliminarNo he leído el texto más que hasta la mención de Turquía. Quien piensa en serio que la situación política de España es "hermana de leche" de la de Turquía tiene un lenguaje tan diferente del mío que sería como tratar de entenderse con alguien que hablara un idioma que ni entendemos ni entiende.
EliminarPues mire qué bien, porque a mí no me interesa que me lea alguien tan ciego como para no ver presos políticos. Yo me dirijo a los contertulios que conservan íntegra su capacidad perceptiva.
EliminarA usted, señor Amós, lo que le pasa es que le ha abandonado su desodorante, cuya marca era Amnistia Internacional. Cuando AI empieza a tratar a los presos como presos políticos, y a exigir su liberación, significa que usted perdió la partida. Asúmalo y asimílelo. Saldrá usted del mal trago, ya verá.
Me recuerda Marisol lo que, en un pasaje de sus memorias ("La tentación del fracaso") dice Julio Ramón Ribeyro, viendo a un grupo de jóvenes franceses que abominan de Francia, y del Occidente desarrollado en general, esos lugares monstruosamente reaccionarios, y sólo ven como lugares elogiables y vivibles los países del Tercer Mundo.
EliminarRibeyro, que al contrario que ellos conoce bien ambas realidades, comenta que es imposible entenderse con ellos: no razonan. Es de esperar, trata de consolarse, que con el tiempo aprendan a valorar y discriminar, y vayan sustituyendo poco a poco sus tópicos por opiniones basadas en el conocimiento de la realidad que ahora desprecian. Mientras eso no ocurra, insiste, es inútil intentarlo: no razonan.
El problema es que hay gente que, más allá de esos veinte años que pueden justificar simplificaciones así, persiste no sólo en ver la realidad en blanco y negro, sino en no querer verla de ninguna otra forma, y en desdeñar como incurablemente reaccionarios a quienes tratan de verla en color. Y que, desde esa ceguera voluntaria, acusan de ciegos a quienes se niegan a cerrar, tan cómodamente, los ojos.
En casos así, no sé yo que haya mucho que hacer; como ya dijo Virgilio (en la Comedia), "non ragioniam di lor, ma guarda e passa". Esto es, no hablemos de ellos, pero tengamos los ojos abiertos (guarda) y sigamos adelante (passa).
Que, como dijo el otro, es lo que hay.
Según dices, José Luis, yo te publiqué la antología 30 años de poesía española “a pesar de mi resistencia”. Es decir, que aproximadamente me obligaste a publicarte un libro en contra de mi voluntad. Lo que demuestra tu asombrosa independencia y el gran poder que tienes.
ResponderEliminarSegún dices también, Francisco Brines montó en colera porque, sencillamente, tú comentaste en una reseña que las iniciales D.K. correspondían a Detlef Klugkist, cosa ya reconocida, revelada o afirmada por el propio Francisco Brines con mucha anterioridad. Lo que demuestra, además del mal carácter y la arbitrariedad de F.B., tu inmensa perspicacia crítica y tu absoluta falta de rencor a la hora de ajustar cuentas con el mundo literario.
No sé, pero me da la impresión de que tienes que esmerarte más en resultar verosímil.
En resultar verosímil y en resultar menos desagradable y sectario.
EliminarQué pena que haya tanto graciosillo anónimo con nombre falso. Con lo fácil que es poner María, José... Yo reconozco que era Clarita, pero no lo volveré a hacer. Podría ser este un lugar de encuentro como Los Porches, donde hablar de lo divino y lo humano, pero los enmascarados hacen que los comentarios de este blog pierdan todo el interés.
ResponderEliminarQué sabe el mundo de la imagen cabal que le cuadra a este jinete que ahorita se solaza a la sombra de una araucaria -tal que la que le regalaron los chilenos a don Porfirio Díaz-, mientras mordisquea una brizna de heno, recostado en el hueco de una peña que aflora del terreno empinado y, en la llanada, el ganado sestea a la magra sombra de unos ahuehuetes y las chicharras trinan su desespero..., o acaso sea un ritual de apareo, que vayan ustedes a saber qué cosa mueve el afán de aquellos bichos.
EliminarY piensa Juan Charrasqueado que bien poca cosa va a ser el pedacito de escoria que le van a sacar del pecho los forenses de la morgue, cuando lo ingresen ensangrentado y frío una mala noche, que ya se va librando de algunas que apuntaban a fatales...
Y nadie alcanzará a entender, entonces, que aquel trocito ceniciento haya sido otrora un carbón incandescente. El mismo que le daba luz al espejo genuino y veraz de las las entretelas, ese que la gente no atina a percibir: el único que le vale.
F sigue y sigue pariendo, como las pilas de Duracell que dan a luz sin parar. Primero se arrepiente de sus pecados y a los diez minutos vuelve a incurrir. Un caso clínico de dependencia bloguera.
EliminarMucho Dante Alighieri, pero el señor Amos Anda entiende el castellano al revés. Nadie le ha dicho aquí: "abomino del Occidente desarrollado en general y solo me parecen elogiables y vivibles los países de tercer mundo". Le dicen, muy al contrario, que están hartos de este tercer mundo judicial que es España, la que encarcela titiriteros por memeces. Y que, lejos de abominar, sueñan con poder vivir en aquel Occidente Civilizado donde se dan garantías judiciales, sea o no sea un Occidente reaccionario, que eso ya es cuestión de mayorías políticas. Mira que estaba claro.
ResponderEliminarPor lo tanto, señor Amos Anda, he aquí mi sugerencia: reduzca la dosis diaria de Dante y aplíquese con el castellano, para no parecer un extranjero en su país que no pilla una maldita jota.
Mi buen señor Anselmo, le digo a usted lo que aquí se ha dicho a otros unas cuantas veces: es extraño y curioso que, teniendo ustedes, según su propio criterio, toda la razón del mundo, pierdan la calma con tanta facilidad. Ése es un papel que correspondería más bien a los sectarios, a quienes se guían no por la Razón Suficiente, como ustedes, sino a quienes se dejan arrastrar por sus pasiones, ¿no cree?
EliminarEl "Nervocalm" de las tiras de Mafalda, o algún equivalente razonable, quizá le hiciera a usted ver las cosas sin tanto escozor, ¿no?
Un saludo.
Anda, Anda, no deja usted de tener su gracia, pero es una gracia un poco triste por encubrir una paranoia recurrente. Porque ¿quiénes son esos "ustedes" que pierden la calma y creen tener razón?
Eliminar¿Los malos, los rojos, los de Vox, los replicantes, los de Green Peace, los calvinistas..?
No creo que ni siquiera Paranoias Anda, con sus "buenos y malos" pueriles, tenga una respuesta.
Da igual, mi nada pueril amigo, la respuesta que yo pueda tener a su pregunta; sea la que sea, usted la encontrará pueril (y risible, y lamentable). Así que para qué.
EliminarPero en su misma respuesta hay otra prueba de lo que yo digo. ¿Tan imposible les es a ustedes, los Cargados de Razón (a lo mejor, digo yo, es que la carga les pesa un poco) contestar sin acusar, a quien no tenga esa suerte suya, de "paranoicos", y lindezas así? ¿Ha visto que yo, este paranoico, haga eso, necesite del insulto para contestarle? Pues le aseguro que no es tan difícil, no-paranoico amigo.
Esto huele a Dilectísimo.
EliminarExacto. Sólo que yo emplearía el verbo "apesta".
EliminarNo sé si por ley natural o por ley social, todo foro suele terminar contando con una de estas melindrosas plañideras hipersensibles que no cesan de hacer sus dengues de ofendidita, (y me disculpo por el femenino, innecesario pero que pega mejor aquí por la realidad que arrastramos). Estos niños de su papá, blanditos excepto cuando cocean, que lo hacen, revelan una biografía de papis blandiblú, hiperprotectores, concesivos y calzonazos. Papis que impidieron que "la criatura" aprendiera que existen descripciones y adjetivos calificativos, con lo cual dicha criatura ha sufrido una feísima hipertrofia que no le permite ver en los adjetivos sino INSULTOS y/o HALAGOS. Si le dicen "acertado" sentirá que lo están santificando (como hacía papá); si le dicen "paranoico" sentirá que lo insultan, aunque el adjetivo le venga pintiparado e hiper-realista.
EliminarNo están mal como curiosidad de feria, pero terminan cansando. Y encaramados a la aquiescencia y aprobación parental sin condiciones, pueden resultar incluso peligrosos. ¿Acaso no se ha ido ya viendo?
Vale; que a uno le califiquen de paranoico no es un insulto, sólo un diagnóstico, el que merece su atrevimiento de discrepar de la Única Verdad. Que, tal como algunos entienden la "democracia", no existen, ni pueden existir, opiniones válidas de uno y otro signo, distintas entre sí, sino sólo Verdades Absolutas y Paranoicos.
EliminarPues qué bien, oiga.
Hombre...,, ¿no serás demasiado duro con Dilecto?
EliminarQué sabrás tú de democracia, insensato Amós. Te recuerdo que el eje de tu vida y el fundamento de tu existencia es Amnistía Internacional, y que te acaba de dejar tirado en la cuneta de la historia, hecho unos zorros ideológicos y jurídicos. A ver si sacas enseñanza y lición, aunque hay razones para dudarlo, estás muy abducido.
EliminarDe democracia sé, al menos, algo que es básico, que he repetido aquí machaconamente, y que la mayor parte de mis contradictores parece no sospechar siquiera: es básico en ella el derecho a la discrepancia, la aceptación de que alguien puede pensar de un modo distinto al nuestro sin que eso autorice a nadie a sustituir las posibles razones en contra, que o no tiene o no sabe dar, por descalificaciones e insultos.
EliminarY en saber eso ya lleva uno una no pequeña ventaja, repito, a la mayoría de los que comparecen por aquí.
Pero vamos a ver, victimista, ¿quién te niega a ti el derecho a la discrepancia, si dices y pones lo que te da la gana diez veces cada entrega del blog? Y ¿cómo se podría no aceptar que se piense de modo distinto, si aceptar comentarios depende del blogger????
EliminarVaya cuajo que te gastas, muñequín.
Vuelvo a copiar lo que decía en la frase a que contesta el Hombre de las Mil Caras:
Eliminar"...el derecho a la discrepancia, la aceptación de que alguien puede pensar de un modo distinto al nuestro sin que eso autorice a nadie a sustituir las posibles razones en contra, que o no tiene o no sabe dar, por descalificaciones e insultos".
Si su contestación tiene por objeto dar un ejemplo práctico de lo que digo en ella, está bien. Como se ve, razones, ninguna, descalificaciones e insultos (limitémonos a lo de "victimista" y "muñequín"), en cambio, sí.
Quizá mi contradictor piensa que si yo no le dedico epítetos tan cariñosos es porque me falta imaginación para buscarlos. Si es así, se equivoca.
A ver, Pepe..., ¿de dónde sacas que el Hombre de las Mil Caras dedica algo de su tiempo a meterse contigo, solmenándote la inocua (que no inicua) munición de "victimista" y "muñequín"? Debieras saber que hace muchas lunas que no cruzo palabra contigo (las causas me las guardo para no añadir ferralla). Para ser preciso, hace unos días y en este mismo post, hacía servidor esta pregunta/recriminación a alguno que te estaba administrando: "Hombre...,, ¿no serás demasiado duro con Dilecto?"
EliminarAsí que haz el favor de no mencionar al Hombre de las Mil Caras para imputarle lo muy puto que es, y ten claro que YA no desea dilapidar su chirumen con incurables.
PS.- Poco fino andas en la identificación de estilo y marcalacasa ajenos. Te retiro la dilectancia.
Pues pido perdón; y lo de la dilectancia me parece bien, que esas cosas hay que merecerlas. Sorry pues, y un saludo.
EliminarPara reducir prejuicios sobre Juan Manuel de Prada, recomiendo oírlo los jueves en Hora 25, de la cadena Ser. Por cierto, ha subido la audiencia desde que él está. Saludos desde Barcelona.
ResponderEliminarQuizá sea más interesante su mensaje verbal que el escrito. De todas formas, juega con habilidad al papel de iconoclasta y esa actitud resulta muy agradecida por el público, atraído siempre por el espectáculo.
EliminarDos precisiones a mi buen amigo y paciente editor Abelardo Linares.
ResponderEliminar1/ Su resistencia fue a incluir a Jesús Munárriz en la antología, no a publicarla (de hecho, fue un encargo suyo y del otro editor, Andrés Trapiello).
2/ La ficción realista tiene que resultar verosímil, la realidad no. El enfado de Brines --más de una hora me tuvo en la cafetería avilesina La Serrana recriminándome la reseña-- fue tal como lo cuento aquí y lo he contado muchas veces.
JM de Prada no sólo es un gran prosista. Es también un pensador muy curioso y original. Ha conseguido una extraña síntesis de catolicismo evangélico, crítica de la izquierda pero también del capitalismo especulativo, nacionalismo español antipatriotero más encíclicas papales. Un híbrido frankensteiniano que sin embargo seduce a muchos desengañados y descoloca a los militantes ultras. Naturalmente, la derechona neolib no lo puede ver.
ResponderEliminarNo hay que perderse la conferencia de Prada sobre la Constitución en la Universidad de Ávila. MUY interesante. Está en Youtube.
Cuando veo a Juan Manuel de Prada en la tele, no puedo apartar la mente de sus dedos: largos, algo retorcidos, muy feos. Unos dedos realmente horrendos. Esos dedos parecen gemelos de los dedos de Pedro Sánchez. También feos. Este, llamémoslo, tic o defecto de la atención, me impide escuchar lo que dice el novelista zamorano, sólo el runrún de su inagotable verborrea.
ResponderEliminarY qué importa que los dedos sean feos si, con la pluma entre ellos, escribe maravillas y crea belleza.
EliminarYo creo que Prada es un estilista culterano con flagrante incapacidad para crear argumentos de interés. Sus historias son s veces tan inconsistentes y ñoñas que se dirían escritas para adolescentes.
EliminarPues hay de todo, don Manuel. Que es un estilista con un lenguaje de enorme precisión está fuera de duda. En cuanto a los argumentos, los hay como el de "Lucía en la noche", bastante flojo, pero también como el de "La vida invisible", bien traído, con buena penetración psicológica, o el de "Mirlo blanco cisne negro", intenso, verosímil y con personajes muy bien construídos. Pruebe con Marías, y luego nos lo cuenta aquí, porfa.
EliminarLa vida invisible fue la única que me satisfizo, recuerdo un prólogo brillante, verdaderamente hermoso.
EliminarA Marías lo leo con asiduidad y acepto que tampoco sus historias resultan muy seductoras, pero aun así les encuentro un atractivo singular que me cuesta explicar. Excluiría de esta critica "Corazón tan blanco", novela que calificaría de bellísima.
Yo creo que debería decidirme a barrer de una vez, y para siempre, a la panda de anónimos. Y dejar estos comentarios para los que tengan algo que decir con nombre y apellidos.
ResponderEliminarPuede ser razonable. El problema es cómo diferenciar entre nombres verdaderos y falsos. Yo, por ejemplo, me apellido de verdad Landaluce y a lo mejor cree usted que es un seudónimo.
EliminarSe echan en falta
Eliminarclases de no tener
que decir nada.