domingo, 8 de mayo de 2011

Al otro lado: Llámalo X

Sábado, 30 de abril
TODAVÍA APRENDE

“¿Para cuándo la reseña del nuevo diario de tu amigo Trapiello? Yo creo que ya es una tradición, como la publicación anual de esos tomazos. Me divierte mucho ver cómo compensas cada elogio con dos o tres pataditas en los tobillos”.
“Ya no es mi amigo. Y no voy a hacer la reseña”.
“¿Y eso por qué? Si no es tu amigo, aprovecha para arrearle más fuerte”.
“Eso es lo que pensaba hacer. Pero resulta que Apenas sensitivo es todavía mejor que los tomos anteriores. Ha pasado por la clínica de adelgazamiento y vuelve mucho más esbelto y seductor. Cierto que mi examigo Andrés sigue poniéndose estupendo alguna que otra vez, como cuando divaga sobre si su diario es diario o novela (trascendental asunto), nos cuenta cómo se enfrenta a alcaldes o tutea a príncipes, o arremete, nuevo Prada, contra la izquierda porque aún no se ha dado cuenta de que Queipo de Llano y la Pasionaria son la misma cosa sanguinaria sin más diferencia que el cambio de sexo. O cuando lloriquea su humildad y su marginación del mundo literario mientras salta de sarao en sarao y de galardón en gallardón. Pero yo creo que se agradecen esas caídas de tono porque sin ellas sería casi insoportable la intensidad y el asombro de tantas páginas. Buena parte del libro se dedica a la promoción de su novela Los amigos del crimen perfecto. Esa crónica modélica podría formar un libro en sí misma; en ella hay lugar para el esperpento, para la amistad (qué maravilloso retrato el que hace de su acompañante, el joven editor Malcon Barral), para los relatos viajeros… ¿Cuántas veces nos habrá hablado Trapiello de Lisboa? Pues vuelve a hacerlo y de su mano paseamos por esa ciudad como si lo hiciéramos por primera vez”.


“O sea, que el libro te ha gustado. Pues deberías escribir la reseña”.
“No, porque tendría que ser elogiosa y yo no pienso elogiar más a Trapiello en público. Que lo haga Jordi Gracia, que lo mismo vale para un roto que para un descosido y que es el crítico que se merece. La verdad es que me ha sorprendido desagradablemente en este tomo. Yo pensaba que, a su edad y con su soberbia, ya no haría más que de ir acentuando sus defectos hasta estrellarse por completo. Pero no. Ha sido capaz de tomar las riendas y de un tirón enderezar la prosa autosuficiente que iba cuesta abajo. Incluso cambia de opinión sobre las librerías. Se ha pasado la vida denostando las novedades y ahora afirma que hoy todo el que frecuenta las librerías de viejo sabe que los libros que se pueden leer están en las librerías de nuevo, al contrario de lo que ocurría años atrás. ¡Vivir para ver! Cualquier día hasta sustituye las molestas X por los nombres de las personas a las que se refiere. Bousoño y señora, por ejemplo, que asistieron a una surrealista cena en Oviedo tras la conferencia de Tribuna Ciudadana. Yo también estuve allí y puedo asegurar que no carga las tintas. Es más inteligente de lo que yo creía. No lo hace de inmediato, para que no se note, pero tiene muy en cuenta las opiniones ajenas. Domina la prosa como nadie: sabe emocionarnos con la muerte de un perro, hacernos reír con las tonterías propias y ajenas, aspirar el perfume de un jardín como el del Carmen de la Victoria, en Granada, o el de Muñoz Rojas en su conventual y romana finca de Antequera… Yo creo que con este diario lo he pasado mejor que con ningún otro. Todo era consabido y todo sabía a nuevo. Lamentaba que me fueran quedando cada vez menos páginas para disfrutar”.
“Pues si es así yo creo que estás obligado a escribir la reseña”.
“De ninguna manera. No pienso volver a elogiar a Andrés Trapillo en público. Y a ponerle reparos, mucho menos, que luego va y aprende, y eso le sirve para aumentar aún más la distancia que nos saca a los que nos dedicamos al mismo oficio”.




Domingo, 1 de mayo
ENCONTRADO, PERDIDO

Me acompañó hasta el portal de casa, muy sonriente, pero se negó a seguir más allá. “No, no subo porque acabaría acostándome contigo y no quiero desilusionarte”. “No te preocupes, le dije, en esos asuntos suelo ser yo el que desilusiono”.


Lunes, 2 de mayo
TARDE DE FIESTA

¿Podrías vivir sin que nadie te quiera?, me pregunto. Podría. Pero no podría hacerlo sin nadie a quien querer.
Y me paso la aburrida tarde de fiesta con un café y dos o tres libros y dándole vueltas en la cabeza a mi historia con X, igual a tantas otras y tan distinta a todas.




Martes, 3 de mayo
COSECHA

José María Prieto, catedrático de psicología y poeta, me envía un artículo sobre “el sijo coreano”, una estrofa poética de tres versos y cuarenta y cinco sílabas de la que ni había oído hablar. Cuanto termino de leerlo, me entretengo cultivando el sijo (pero sin contar las sílabas, eso se lo dejo para mis amigos Olay y Almuzara).
           
La brisa de la primavera derrite la nieve en las colinas. / ¿No podría igualmente hacer desaparecer la nieve que los años / han ido acumulando sobre  mi corazón?

A solas sentado en la orilla de la alberca / descubro un monje sonriente que me mira. / Yo le hablo y él me habla, pero solo se oyen mis palabras

Los infantes de marina lo inundan todo de blanca espuma, / el navío de guerra ha quedado en el puerto / como una gran botella de champán vacía.

Cuando tengo hambre, un plato de legumbres, / una taza de té verde cuando tengo sed / y arriba todo el cielo y en torno el universo.

En la estrecha cama duermo solo. / La gran luna de agosto entra por la ventana / y sonriente se tiende sobre mí.

De noche, en el río otoñal, lanzo y lanzo el anzuelo. / No pica ningún pez, pero regreso / con la barca hasta los topes de luz de luna.

Cuando me abandonaste, tomé la decisión de irme contigo. / ¿Qué tenía yo que hacer en esta vida? / Pero me acordé de un libro aún no acabado de leer…




Jueves, 5 de mayo
EN EL ANTIGUO INSTITUTO

La única manera que tengo de estar callado durante una hora escuchando a alguien sin interrumpirle, es ponerme a hacer algo. Mientras Luis García Montero nos lee los poemas de su último libro y nos los explica con didáctica minuciosidad, yo aprovecho para escribir tonterías mientras finjo tomar notas de la charla.

Envidio a la gente que no tiene tiempo para nada. Yo tengo tiempo para todo y luego no sé que hacer con el tiempo que me sobra.

Me he pasado el tiempo en la sala de espera esperando al amor sin darse cuenta de que hacía tiempo que lo tenía sentado a mi lado.

Se me da muy bien fingir que estoy enamorado.

Que terminen es lo que más me gusta de todos los sueños, especialmente de los que sueño despierto.

Solo me quiero a mí mismo, pero en ese mí mismo incluyo a mucha gente.

Trato siempre de no ser demasiado feliz, trae demasiados problemas.

Qué aburrida es la buena gente.

Nunca quiero saberlo todo de quien quiero; me gusta imaginar que guarda secretos inconfesables.

Me gusta ponerle zancadillas a la gente que admiro.

Gracias a estas y otras ocurrencias que voy anotando logro estar callado durante una hora y cuarto (mi récord hasta la fecha), pero al final el didactismo adquiere tintes más o menos mitineros y yo no puedo menos de intervenir. Ahora me ha dado por defender a los políticos, que por malos que sean no me parecen peores que la media de sus votantes (más bien un poquito superiores). Pero García Montero es un hombre paciente y, a pesar de la discusión final, y de que me burle un poco de su educada demagogia, creo que sigue siendo amigo mío.




Viernes, 6 de mayo
BRINES Y YO

“¿Has visto cómo te maltrata Trapiello en su último diario? Me imagino que le replicarás”, me dice el amigo que nunca se olvida de hacerme el favor de señalarme dónde se meten conmigo (cada vez en menos sitios).
“Lo he visto, pero está en medio de páginas tan hermosas, las dedicadas a Ronda y a Antequera, que lo pasé rápidamente sin prestarle mayor atención”.
“Pues te recuerdo cómo comienza: Al almuerzo acudimos los ponentes, cinco en total. El amigo X en presencia del amigo X está tenso. El amigo X está harto de que cada vez que está con el amigo X, este le hable de la raíz religiosa de sus poemas, pues el amigo X se ha considerado toda la vida un pagano. Sabiendo que el amigo X molesta al amigo X con ello, cada vez que se ven, cosa que el amigo X procura evitar, X le vuelve a sacar el asunto de la poesía religiosa para fastidiarle. Al amigo X, que lleva el escrutinio de todo y de todos, también le incomoda e irrita que en estos libros de uno se utilicen de modo tan indiscriminado las X. Al amigo X le irritan mis X, pero no las suyas, cuando las utiliza él. Las X de X son, pues, muy suyas”.


“¡Qué maravilla de párrafo! ¡El peor Trapiello en estado puro! ¿Ves cómo hago bien en no escribir una reseña? Si la escribiera, ¿en qué crees que me detendría? Pues en ese párrafo de las X, que probablemente solo entenderán dos personas en el mundo, Brines y yo. Y las cosas no son exactamente así. Nada de que yo saque siempre el asunto de la poesía religiosa para fastidiar a mi admirado Francisco Brines (si quiero, que a veces quiero, fastidiarle tengo otros muchos temas). Lo que ocurre es exactamente lo contrario. En un artículo de 1975, firmado por uno de mis heterónimos de entonces, se afirma de pasada que hay un cierto componente religioso en la poesía de Brines. Cuando lo encontré por primera vez, se dedicó a explicarme que su poesía no era religiosa. Empleó en ello exactamente cuatro horas. Y durante los veinte años siguientes, las veces que nos encontrábamos nunca empleó menos de dos horas en explicarme que no era un poeta religioso. Y en cuanto a las X, pues claro que yo las empleo a veces… Cualquier aprendiz de Casanova, sabe que el éxito en estos asuntos depende mucho de la discreción. Pero por lo general, en lugar de esa letra que se abre de piernas y alza los brazos al cielo, prefiero las perífrasis que lo dicen todo sin decir nada, o que no dicen nada pareciendo decirlo todo. Por otra parte, como todo el mundo sabe, yo miento mucho. Los amantes pueden ser reales, pero el amor del que tanto presumo es por completo imaginario”.


10 comentarios:

  1. Gracias por hacerme reír con esta reseña encubierta de Apenas sensitivo. Estoy de acuerdo en que este tomo del Salón es todavía mejor que los anteriores.
    Como sé que le gusta, vamos a hablar de usted. Parece que considera un gran gesto de humildad reconocer "la distancia que nos saca a los que nos dedicamos al mismo oficio". En esta afirmación, yo, que me dedico al mismo oficio que usted:soy crítica, percibo una petulancia ridícula. Es verdad que también publica, entre otras cosas, diarios que algunos avispados críticos colocan, sin más, al lado de los de T. Por eso una vez piqué y me compré uno y, como no quiero ser cruel, no haré ningún comentario al
    respecto.Pero, como crítica que soy, le recomiendo que antes de imitar un modelo intente comprenderlo porque este es su gran problema como presunto creador. Puede empezar copiando cien veces:"Los diarios de Trapiello son una novela". Como lector ingenuo esto puede parecerle una tontería pero sus futuros lectores se lo agradecerán.No sea soberbio y hágame caso, que soy crítica.
    Leer a T es intimar con alguien de quien no quisiésemos separarnos. Intentar leer los diarios de sus imitadores es encontrarse con el pesado de turno que te da cuenta detallada de las pelotillas de su ombligo mientras buscas desesperada la esquina por la que escabullirte jurándote no aguantarle ni una chapa más al pelma ese.
    Y puede que las cosas que cuenten uno y otro no sean demasiado distintas. La diferencia está en que uno escribe una novela y otro un diario. Uno abre una ventana y te enseña el mundo y el otro abre un agujero en la puerta de su salón y te invita a que le mires hacer posturitas.
    Espero que mi opinión le parezca suficiente crítica para ser tenida en cuenta.De no ser así será un soberbio.
    Todo lo que escribe aquí también me parece literatura. Una palabrería culturalista con la que exhibe el ocultamiento de una vida tristísima,como la mía. Lo que de verdad me interesa de usted, y no por interesante sino por triste, es su vida. Sin un átomo de ironía me gustaría que me permitiese llamarle hermano José Luis.Yo también soy soltera, muy soltera y crítica.
    Reguenga

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  2. Aparte de una discreta exhibición de sus males (la vida, efectivamente, puede ser muy dura,como también puede ser muchas otras cosas; incluso la de un crítico, o crítica), nos explica "Reguenga" que los diarios de JLGM tratan (sin éxito) de "imitar un modelo", el del "Salón" de Trapiello. Un poquito de información le haría ver que el primer volumen publicado (o, al menos, el primero de que yo tenga noticia) de los diarios de GM, titulado precisamente "Días de 1989", se publicó justo en aquel año, es decir, un año antes que "El gato encerrado", primero de los diarios de Trapiello. Si consideramos que (aparte del crecimiento en saber literario y humano), dicho primer volumen de GM no era sustancialmente distinto de los que le han seguido, quiere decirse que, para copiar a AT, tuvo que ejercer poderes visionarios o proféticos, o al menos imitar un manuscrito no publicado, si es que entonces existía. Si "Reguenga" no estuviera tan ocupada contemplando sus propias llagas, quizá hubiera caído en ese pequeño detalle, nada secreto, y se hubiera replanteado lo que nos cuenta. Digo yo.

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    1. Muy bien dicho. La lectocrítica esa debería hacerse una mascarilla con huevo para el cutis, a ver si se dessoltera.

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  3. Señor Marinero: no ignoraba ese detalle. Igual que usted sabrá que El gato encerrado fue publicado(a trozos)en el suplemento literario Cádiz dirigido por Juan Bonilla y José Mateos en el año 1989, antes de aparecer como libro en 1990. Teniendo en cuenta los intereses profesionales y culturales de JLGM no tengo por qué sospechar que el profesor, escritor y crítico no estuviese atento al trabajo de estos tres autores

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  4. No, señora "Reguenga", no conocía el nuevo dato que usted nos proporciona. Yo no soy crítico, sino un simple lector. Como ignoro también si el diario de GM fue publicado antes en prensa, o su primera aparición fue la del libro. Con todo, me parece muy improbable que los "trozos" a que se refiere puedan bastar para producir una influencia (supongo que usted no cree que lo de GM sea, sin más, una imitación) tan inmediata. Máxime si consideramos que las anotaciones de aquel primer diario de Trapiello, con el carácter de brevedad impresionista (y la obvia influencia de Gómez de la Serna) que a menudo tenían, y que luego tanto habría de evolucionar, tienen poco que ver con la vocación por el relato tan propia de GM. Pienso que una lectura sin prejuicios de ambos volúmenes, a la que le invito, pone muy claramente de relieve sus diferencias. Es curioso, por lo demás, que piense usted en una imitación tan cercana y descubierta por parte de un autor, GM, que en las demás facetas de su trabajo literario (y no son pocas) muestra, y mostraba ya de años atrás, un estilo tan personal, reconocible..., y próximo al de los diarios. Creo de veras que sus prejuicios le hacen ver lo que no hay.

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  5. «Espero que mi opinión le parezca suficiente crítica para ser tenida en cuenta.De no ser así será un soberbio.»

    Bueno, qué risa. Hacía tiempo que no leía una parrafada tan involuntariamente ridícula. Señor García Martín, provoca usted algunos comentarios de verdad absurdos; quizá, entre la juerga y el estupor, debería agradecer a otros lectores suyos (como marinero) no hacerme graves preguntas sobre mi afición por lo que usted escribe.

    Hermoso el texto, como siempre, y estupendas fotos: ¿de dónde serán esos medallones?

    Por lo demás, esa equis del día dos resulta una provocación, una vez que se lee sobre todas las equis y las frases finales del día seis. Nos obliga a releer, divertidos y escépticos, un prosaico rifirrafe entre poetas y un velado anhelo amoroso sin saber, una vez más, si miente y dónde... y sin que tal vez importe mucho, supongo. Usted sabrá. O no.

    Gracias por este blog.

    C.

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  6. Aclaración a Rhus: Los medallones son de la Casa de la India en Londres.Gracias por sus palabras.

    JLGM

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  7. Parece que no lo tiene muy claro.

    Comparo algunos fragmentos de su retorcido post:

    1-"no pienso elogiar más a Trapiello en público"-"Apenas sensitivo es todavía mejor que los tomos anteriores"-"seductor"-"Domina la prosa como nadie",etc

    2-"esos tomazos"-"Lamentaba que me fueran quedando cada vez menos páginas"

    3-con respecto a escribir la reseña:“De ninguna manera"-¿y entonces, este post de qué va?

    Y que queda claro: si Andrés Trapiello evoluciona no será gracias a gente como usted.

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  8. Ni contigo ni sin ti12 de mayo de 2011, 12:53

    Yo creo que la relación entre JLGM y AT es una relación de amor, no sexual, por supuesto, sino amor entre camaradas, entre iguales que se admiran, aún a su pesar. En cualquier caso, como lector, los dos son necesarios.

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  9. “O cuando lloriquea su humildad y su marginación del mundo literario mientras salta de sarao en sarao y de galardón en gallardón.[sic.]”

    Yo creo que sentirse marginado del mundo literario es condición “sine qua non” del mismo.

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