sábado, 22 de noviembre de 2025

La rueda de la fortuna: Camisas de once varas

 

Sábado, 15 de noviembre
ENREDOS DE FAMILIA

Imaginemos que un día Begoña Gómez entra en una de las estancias privadas de la Moncloa y se encuentra a su marido en actitud cariñosa --a lo Bill Clinton, a lo Hollande o a lo Sarkozy--, con una joven secretaria venezolana o con una actriz emergente del cine español.

Sin decir palabra, y sin que se percaten de su presencia, cierra la puerta, se dirige a sus habitaciones, mete alguna ropa y sus útiles de aseo en una maleta, llama a un taxi y se va a un hotel. Desde allí, llama a su abogado e inicia los trámites de divorcio.

La noticia se filtra a la prensa, abre todos los telediarios, ocupa las primeras páginas. Nadie se acuerda más de que está imputada desde hace dos años, primero por una cosa, luego por otra y luego por otra y después por otra, por no sé que juez. Vale más como víctima inocente contra el sanchismo que como presunta culpable. 

Qué culebrón, qué serie de Netflix se haría pronto con esta historia. Me imagino a Begoña Gómez declarando airada en el programa de Ana Rosa Quintana, o en el Hormiguero, o incluso a Jordi Évole: “¡Y lo que más me duele es que esa pelandusca se la presentó Zapatero por encargo del régimen venezolano!”

Después de esas palabras, a Begoña Gómez se le haría un homenaje nacional, en la plaza de Colón, ante cientos de miles de persona, presidido por Aznar, Abascal y Ayuso, con oradores estrella: Savater, Azúa, Trapiello…

            ---Y ahora cuéntanos otro cuento para tratar de salvar al hermanísimo, que también anda perseguido por la justicia –me dice uno de los amigos con los que tomo mi habitual café de los sábados en el Atrio avilesino.

            ---Lo del hermano de Pedro Sánchez es todavía mejor. Resulta que al parecer le dieron un puesto a dedo por ser hermano de quien era, Pedro Sánchez, por entonces un dirigente político que en esos momentos parecía más un Hernández Mancha o un Pablo Casado que otra cosa. Si algún día volvían los socialistas al gobierno, la presidenta sería Susana Díaz, la favorita de todas las eminencias del partido para ser la secretaria general. Pero, en fin, dejemos eso. Solo diré que las razones para encausarle, que no son aquellas por las que fue denunciado, resultan todavía más pintorescas que las que traen a maltraer a Begoña Gómez. Al parecer, ya se sabía, o ya se sospechaba, que el nuevo cargo creado en la Diputación de Badajoz iba a ser para él. Si esa fuera una razón para procesar a nadie, el noventa por ciento de los catedráticos de la universidad española, y los jurados de sus oposiciones, deberían ser encausados, ya que apenas hay oposición al profesorado universitario sin que se sospeche el ganador (por lo general, el candidato de la casa). Los pronósticos, por supuesto, no aciertan al cien por cien (solo al noventa y nueve por ciento). Y algunos candidatos perdedores llevan el asunto a la justicia. Pero solo se tiene en cuenta su demanda, y se hace repetir el proceso, si ha habido alguna irregularidad en los trámites.

            ---Tú, con Pedro Sánchez hasta el final.

            ---Yo, con él, solo cuando lleva a cabo las ideas políticas que yo defiendo y que creo que son las mejores para los ciudadanos de mi país. Cuando con nuestro dinero le compra armas a los Estados Unidos para regalárselas al gobierno de Ucrania, siempre me tendrá enfrente.

            ---¡Lo hace para que se puedan defender de Rusia, lo hace para salvar a Europa!

            ---Lo hace para machacar a los ucranianos que se sienten rusos, que defienden su cultura y su idioma, que quieren ser parte de la federación rusa y no esa nación cuyas fronteras fueron trazadas artificialmente por Lenin en 1921.

Martes, 18 de noviembre
CAIGO EN LA TENTACIÓN

A veces se gana cuando se pierde un amigo. Se gana tranquilidad. De Felipe Benítez Reyes comenté su primer libro, Paraíso manuscrito, allá por 1983, Desde entonces he reseñado casi todas sus publicaciones, y son bastantes. Siempre en mi estilo de caras y cruces y de ser más exigente con los escritores más valiosos.

Al principio, lo llevaba bien, pero luego fue haciéndose cada vez más sensible al menor reproche e incluso tras los elogios veía alguna segunda intención. Bastaba que yo mencionara su nombre en cualquier escrito para recibir un airado correo suyo.

Durante un tiempo, yo me explicaba y explicaba, me disculpaba, trataba de calmarle. Y a menudo lo conseguía. Pero pronto volvía, volvíamos a las andadas. Terminé bloqueando su correo y bloqueándole en las redes sociales. Y esforzándome en no leer ninguno de sus nuevos libros –es aún más prolífico que yo-- para no caer en la tentación de reseñarle.

Pero compro La gente, su última novela y también Próspero viento, de Andrés Trapiello, y no puedo dejar de leer ninguno de los dos. La mejor manera de vencer la tentación es caer en ella, decía Oscar Wilde.

Acabo comentado La gente en mi reseña de esta semana. Creo que te tengo algo que decir sobre el libro y mi obligación es decirlo y si al autor le fastidia pues allá él. Cuando éramos amigos, lo sentía de veras, ahora me resulta indiferente su susceptibilidad al menor reparo, real o supuesto. Sigo considerándolo uno de los grandes escritores de su generación, no solo como poeta, también como narrador. Un narrador que, por mucho que se empeñe, no es capaz de escribir una novela convencional. Ni falta que le hace, aunque eso merme sus ingresos.

 

Miércoles, 19 de noviembre
NO DOY UNA

---Como profeta, no das una, Martín. Decías que Cerdán era un pobre prisionero político y ahí tienes el informe de la UCO en el que se demuestra que se dedicaba a amañar contratos públicos a cambio del dos por ciento.

            --O sea, que hacía lo que cierto exjefe del Estado, pero sin estar amparado por el manto de la sacrosanta Constitución, que al parecer permite que el rey haga de su capa un sayo y robe, mate o estupre sin que la justicia pueda decir esta boca es mía.

            ---No cambies de tema. Santos Cerdán, un gerifalte de tu partido, está en la cárcel por corrupto, no porque ciertos jueces utilicen todos los medios, incluidos los legales, para derribar al gobierno.

            ---¿Está o estaba? Mira las últimas noticias. Al parecer, el juez correspondiente le ha puesto en libertad porque ya no puede “destruir pruebas”. Y esas pruebas, según el informe de la UCO, consisten en que su mujer gastaba mucho dinero en El Corte Inglés, en que su hermana y el marido de su hermana trabajan para una de las constructoras involucradas en los presuntos amaños, en que él durante un tiempo utilizaba una tarjeta de esa empresa. Me gustaría que ese juez nos explicara cómo podía destruir semejantes pruebas (y si podía por qué no lo hizo tras la detención de Leandro y Crispín, quiero decir Ábalos y Koldo, un año antes). No, no le encarcelaron por eso. Le hicieron porque ocupaba un cargo importante en el partido socialista, como una manera de ocupar portadas y zarandear al gobierno a ver si cae de una maldita vez. Y esto, que es evidente para todos, nadie lo dice. No sé por qué. O lo sé de sobra.

Jueves, 20 de noviembre
YA A SALVO

Día de lluvia y frío, desapaciblemente otoñal. En la Sifonería, una casa de comidas en Cangas de Onís que es también un lugar de encuentros y un espacio cultural, quieren homenajear a Xuan Bello. Y allí estoy yo, hablando de mi amigo, el ausente más presente, una vez más. Mientras hablo y mientras luego se lee una selección de poemas, creo entreverlo al fondo de la sala, con una sonrisa algo irónica ante tanto homenaje y “ya a salvo del dolor y del tiempo”, como dice uno de sus versos. 

Viernes, 21 de noviembre
QUIEN PUEDA HACE, QUE HAGA

El mejor homenaje al Caudillo, muerto, pero no desaparecido, ayer hace cincuenta años, fue el que le tributó el Tribunal Supremo. ¡Condenar al fiscal general del Estado! Tómate esa, Perro Sánchez. Si no caes ahora, no sé cuándo vas a caer.

Hubo fallo exprés, para coincidir con el cincuentenario de la dictadura, pero al parecer todavía no se ha redactado la sentencia. Me gustará leerla. Seguro que es un prodigio de sutileza jurídica para justificar lo injustificable. Los votos particulares, en cambio, son fáciles de adivinar, coincidirán con el sentido común. Cierto que el fiscal general no logró probar su inocencia, pero de lo que debería tratarse es de que la acusación lograra probar su culpabilidad.

            ---No te metas en camisa de once varas, Martín. No vas a saber tú más que los miembros del Tribunal Supremo.

            ---Tienes razón. Y ahora supongo que procesarán por falso testimonio a los periodistas que declararon que tenían el famoso correo antes de que lo conociera el fiscal.

            ---No te metas en camisa de once varas, repito, que con la justicia no se juega, aunque haya jueces que parecen jugar con la justicia. Pero solo parece, que sus profundas razones jurídicas, incomprensibles para el común de los mortales, tendrán para hacer lo que hacen.



 

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