martes, 19 de junio de 2018

Acción de gracias: Oveja negra



Sábado, 9 de junio
ILUSIONES MÍAS

––Pero ¿tú crees en la posteridad? ¿Crees que dentro de cien o doscientos años se recordará tu nombre? Y en cualquier caso, ¿importa algo?
            ––Sí, a la primera pregunta. No sé, a la segunda. Sí y no, a la tercera. Me gusta la historia de la literatura y creo que el destino natural de los que escribimos es formar parte de ella, aunque sean mayoría los que se quedan en la cuneta. ¿Me quedaré yo? Tengo esperanzas de que eso no ocurra. Claro que si ocurre, si llego demasiado pronto a esa meta, el olvido, a la que hasta Homero acabará llegando, no será demasiado grave, ya que no me voy a enterar. Me hace ilusión pensar que, desaparecido yo y todos los que me conocieron,  habrá un puñado de lectores (tampoco hace falta que sean muchos, más o menos los que tengo ahora) a los que sigan interesando mis libros, se sepan de memoria algunos versos míos.
            ––¿Y qué más te da si no crees en la otra vida y no te vas a enterar?
            ––Nadie deja de hacer testamente porque no se entere de lo que va a pasar tras su muerte. Yo procuro ponérselo fácil a la posteridad para que me recuerde, pero si no lo hace tampoco me voy a enfadar.  


Domingo, 10 de junio
LA VERDAD NO ESTÁ DE MODA

La desfachatez intelectual tituló Sánchez-Cuenca un libro cargado de razón y buen sentido. Parece que esa desfachatez no afecta solo a los intelectuales. Hoy el periodista Carlos Herrera ofrece materia para un nuevo capítulo. Resulta que, en el mismo diario en que me río yo de los disparates de Severiano Delgado a propósito del encontronazo entre Unamuno y Millán-Astray, publica él un artículo en el que da por buena la versión rosa del episodio.
            El 12 de octubre de 1936, en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca, no ocurrió nada de particular, fue “un acto bastante banal, muy de aquellos años, en los que se acababan dando cuatro voces y marchando a tomar el aperitivo”.
            Me froto los ojos y vuelvo a leer. Esto no lo afirma un trol o alguno de mis tercos contertulios de los viernes, sino un periodista famoso y en el suplemento dominical más leído.
            Según él, en la España en guerra lo habitual era darle cuatro voces a un mando militar y luego “aquí no ha pasado nada” e irse junto a tomar unas cañas. Vivir para ver, y este señor pontifica cada día en no sé qué emisora.
            Se cree el cuentecillo de que el “Viva la muerte” y toda la parafernalia del enfrentamiento fue un invento del año 41 popularizado en los sesenta. El que esa versión ya circulara en enero del 37, y no solo en España, es algo que carece de importancia.
            ¿Tampoco importa lo que le ocurrió a Unamuno después? Según Herrera, el general y el rector (de inmediato dejaría de serlo), se dieron un apretón de manos y no se fueron juntos de copas porque Unamuno no bebía alcohol. Incluso dice haber visto fotografías de ambos en franca camaradería.
            Qué cosas. Que un periodista invente una noticia falsa que conviene a quien le paga ha sido algo habitual en todos los tiempos; que un periodista serio se crea una noticia falsa inventada por un periódico de la competencia y la propague a todos los vientos es algo menos habitual. Habría que citar a Unamuno: “Dios nos dio el pensamiento como prueba. / Dichoso el que no sabe que lo lleva”.

Lunes, 11 de junio
LA EDUCACIÓN DE UN PRÍNCIPE

Para pareja o yerno, búscate la mejor persona del mundo, pero en una novela o en una película dan poco juego las personas ejemplares. La biografía de Felipe VI tendrá, sin duda, cierto interés, pero la de su padre, cuando pueda contarse con todos sus detalles, será tan apasionante como la mejor serie televisiva, dejará en un juego de niños a Los Soprano.
            Quizá solo otro rey español fue tan querido y popular, Fernando VII. Reinó solo un cuarto de siglo, vivió apenas cuarenta y nueve años, pero por cuántas rocambolescas peripecias tuvo que pasar. El papel de Franco en la vida de uno, lo cumplió Napoleón en la del otro.
            A mí me ha fascinado e intrigado desde que leí los Episodios nacionales (los comencé a leer cuando tenía catorce años y sigo volviendo a ellos como otros al Quijote). Ahora, por fin, puedo conocer al detalle la vida de ese personaje repulsivo y elusivo, el mayor villano de la historia de España, si hemos de creer a la historiografía liberal.
            Emilio La Parra le ha dedicado una biografía ejemplar: bien documentada, bien contada, sin más juicios de valor que los imprescindibles. ¡Cuántos pequeños detalles exactos que ayudan a comprenderlo!  A los diez años, su régimen horario era el siguiente: se levantaba a las seis de la mañana; una vez vestido, reza con su preceptor, que después le instruirá “en algún punto de gobierno o política cristiana”; de siete a ocho, estudia latín; desayuna a las nueve y el maestro le explica después la lección y “le ejercita en lo atrasado”; de nueve a diez y cuarto, se peina y oye misa; luego media hora de lectura de historia y lección de baile; seguidamente pasa al cuarto de sus padres a informarles de su salud y aprovechamiento; vuelve luego a su habitación, donde permanece con el maestro de Historia hasta las doce y cuarto. A esa hora se sirve la comida. Hasta las dos, tiene tiempo libre para hacer lo que le apetezca y dormir la siesta. De dos a tres estudia la lección que por la mañana le haya puesto el profesor de Latín; a las tres sale a dar un paseo con su hermano Carlos y los respectivos acompañantes; al volver del paseo, se dirige al cuarto de sus padres “a preguntarles cómo han pasado la tarde y hacerles manifestaciones de amor filial”; tras la merienda, repasa la lección de Gramática hasta las seis; a esa hora, entra el maestro a explicársela hasta las ocho, en que ha de rezar el rosario junto con su preceptor; después hace examen de conciencia y pide a Dios que le perdone sus defectos; a continuación lee en el Año Cristiano el santo del día; a las nueve de la noche, se le sirve la cena; después puede entretenerse en lo que guste hasta que vaya a la cama, que será a las diez o poco antes. Los meses de verano, se ha de levantar una hora antes, a las cinco de la mañana.
            No sé yo si Franco educó al príncipe de España con tanto rigor como los reyes de España al príncipe de Asturias. En cualquier caso, el resultado no fue muy diferente.


Martes, 12 de junio
ELOGIO DEL ERROR

El azar, como de costumbre, es quien mejores regalos me hace en este mes de mi cumpleaños. En un puesto del Campillín (el off Broadway del Fontán), entre un montón de libros a dos euros, me encontré con la edición de 1928 de la Vida de don Quijote y Sancho, como un regalo del propio Unamuno por haberle defendido de las garras de la posverdad. Es el primer tomo de una edición de sus obras completas iniciada ese año por Renacimiento. Al comienzo aparecen breves comentarios de las firmas “de mayor reputación de las letras contemporáneas”.
            Me sorprende encontrar entre ellas, junto a las de Ramón y Cajal o Pérez de Ayala, a la del poeta Alfonso Camín, aquel superviviente de la bohemia modernista al que yo tuve ocasión de conocer cuando su regreso a Asturias en los años ochenta. Fácil versificador, no tenía ninguna cultura; por las páginas de Cansinos cruza con sus maneras de hampón. Todo un personaje, que encaja mejor en las páginas de una novela picaresca que en las de la historia literaria.
            El prólogo lo firma Unamuno “en el destierro de Hendaya” y en él afirma haber corregido no solo las muchas erratas de la primera edición, “sino los errores del original, hijos de mis precipitaciones de improvisador”.
            Respiro aliviado: yo también soy un improvisador, un fa’ presto, según la expresión italiana. Por eso de vez en cuando meto estrepitosamente la pata. Pero hay ciertos errores que son inseparables de nuestros aciertos, de los de Unamuno y de los míos, si se me permite la petulancia.


Miércoles, 13 de junio
CORRECCIÓN DE ERRATAS

“¿Y qué te parece la dimisión del ministro de Cultura?”, me pregunta un amigo malicioso sospechando que no me hace demasiada gracia.
            ––Yo no habría dimitido, por supuesto. Pero no hay mal que por bien no venga. Desde el principio, fue visto como la única errata en un gobierno ejemplar. Ahora este revuelo por su litigio con Hacienda permite corregir esa errata.
            ––Si dimite, por alguna razón será. El inocente no dimite.
            ––¿Importa inocencia o culpabilidad? Lo que cuenta es el ruido mediático, el barullo y la descalificación, con razón o sin ella. Recuerda los versos de Echegaray en El gran galeoto: “Contra las olas del mar / lucho con brazos viriles. / Contra miasmas sutiles / no hay manera de luchar”. Una mujer perdía su honra en cuando en los corrillos se murmuraba de ella, aunque fuera la más virtuosa del mundo, y el marido tenía que actuar en consecuencia para conservar su buen nombre: en tiempos de Calderón, darle muerte, convirtiéndose así en El médico de su honra. Lo mismo pasa hoy con los políticos si perjudican, con razón o sin ella, a quien los nombró: Pero solo se les hace dimitir
           

Jueves, 14 de junio
VUELA SOLO

Habla Javier Almuzara de su adaptación de Fuenteovejuna (ha convertido la obra de Lope en el libreto de una ópera que se estrena en septiembre). Como llegó a la tertulia hace treinta años, muy jovencito, yo sigo empeñado en darle consejos, aunque hace tiempo que vuela solo y ha dejado de hacerme caso.
            A pesar de ello, como si aún fuera su asesor, anoto algunas observaciones mientras le escucho. La primera de todas, que no se puede hablar en público sin tener el reloj delante y saber la hora exacta en que se ha de terminar; cada minuto de más es un punto de menos en el aprecio al conferenciante, por ameno que sea.
            En segundo lugar, que una intervención pública puede ser hablada o leída (hablada no quiere decir improvisada, sino bien memorizados sus puntos principales y siguiendo un guion), pero nunca las dos cosas. Leer un párrafo y luego glosarlo, nunca da buen resultado: el habla y la escritura tienen ritmos diferentes, casan mal, salvo que lo que se lea sea un cifra o un dato preciso.
            En tercer lugar, conviene no interrumpir un fragmento literario para hacer observaciones como si se estuviera en clase.
            Anoto estos puntos, y otros, pero al final no se me ocurre decirle nada. ¿Para qué? No me iba a hacer ningún caso. Y quizá con razón.


Viernes, 15 de junio
Y NO DIRÉ MÁS

No entiende Iñaki Urdangarín por qué le han condenado, por qué la próxima semana tiene que entrar en la cárcel. Debo de ser el único español al que le da un poco de pena. Dicen que es la oveja negra de la familia, yo le veo más bien como el chivo expiatorio. Siempre fue el yerno ejemplar (le recuerdo en el palco del Campoamor junto a la reina Sofía), que hizo todo lo que le pidieron que hiciera para que la infanta pudiera llevar una vida acorde con su categoría.
            Alterno la lectura de mi folletón favorito, los periódicos, con la de la biografía de Fernando VII, no menos apasionante: nunca hubo tanta distancia entre la verdad oficial, la del rey deseado, y la verdad real, la del malandrín sin escrúpulos. ¿Nunca? A mí el fascinante personaje me recuerda a otro de tiempos más cercanos.


21 comentarios:

  1. Te hice más o menos caso. Leí un par de biografías. Ser humano con contradicciones. Primero contra la dictadura de Primo de Rivera, luego a favor de la república, luego en contra, luego a favor de Franco, luego en contra... En su destierro en Fuerteventura escribió poemas... A ver si los leo. Lo que sí leí fue "La tía Tula", hace tiempo, y el prólogo que le hizo a la primera edición de "El lino de los sueños", de Alonso Quesada.

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  2. Lo importante es perseguir tus sueños. Todo a una carta, que diría José María Álvarez.

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  3. La Tía Tula es feminista y no, de una manera paradójica. Por un lado, ofrece una versión conservadora de la mujer como programada para la maternidad básicamente. Y por otro, ensalza su dignidad humana por encima de la de los hombres. Y se burla abiertamente del amor romántico, incluso. Y de cierto patriarcado simplón, aunque no lo ataca de raíz.

    En cuanto a los cambios de parecer de Unamuno, ya lo dije aquí: el problema está en la gente que lo tiene todo demasiado claro (o cree tenerlo) y no en la otra. La mente abierta es autocrítica, más flexible y menos propensa a estancarse en unos principios inmutables.

    En cualquier caso, los verdaderos sabios cambian ellos mismos (y para todos) las ideas que existen. Así que, para ellos, cambiar de ideas no es un salto grande.

    Digamos que cabalgan sobre el pensamiento, y van cambiando de caballo como acróbatas de circo sin pisar el suelo nunca, por así decirlo.

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  4. Miguel el Entrerriano18 de junio de 2018, 17:23

    Los que nunca creímos en un YO durable ni en la constancia de la identidad, los que estamos seguros de que el JLGM (o el Miguel) de 20 años tiene poco que ver con el de 40, y menos con el de 60, hemos vivido ya en varias posteridades. Y la posteridad no es nada ni siquiera en el pueblo natal. Tres ciudades al Sur, y ya nadie oyó jamás de uno.

    Carlos Herrera no es un periodista, por todos los demonios. Solo un activista de ultraderecha al que se le ha encargado difuminar o disimular un poco El Libro Negro de la derecha española, que es un mamotreto de muchas páginas y con mucho tizne.

    De joven leí a Unamuno en pequeñas dosis, con la necesaria moderación, y siempre me pareció uno de esos escrupulosos católicos atormentados por el pecado y la culpa, un Pascal pueblerino, irresoluto y con mal oído poético. Creo que mejor que debatiendo en Salamanca habría estado mortificándose como eremita en las faldas de su monte Pagasarri.

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    1. Sus comentarios sobre Unamuno lo desacalifican a usted completamente, pedante predicador. Preocupese más de como van a devolver esos 50.000 millones de euros en ese país de maradonas y gardeles empalagosos.

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    2. Ya me rebelé una vez contra este argumento "ad patriam"; parece que las banderas de los balcones nos están nublado las entendederas. Pues yo estoy de acuerdo con la opinión del Enterriano sobre Unamuno. Y en Lavapiés nos gustan mucho tanto Maradona como Carlos Gardel que cada día canta mejor.

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  5. De Unamuno también habló Franco, del caso Salamanca, tal como se ha visto aquí, y de una de las visitas que el escritor le hizo:

    ... "Unamuno era persona correcta y de gran valía. Le gustaba ir con estudiantes jóvenes que le acompañaban a casa y le hacían muchas preguntas. Una vez me visitó a raíz del ataque a Bilbao y dijo que me iba a pedir un gran favor, que consistía en que no se bombardease dicha capital. Le contesté que procuraba siempre hacer el menor daño posible en las poblaciones; así que en este caso extremaría las instrucciones para que no se bombardeara nada más que los objetivos en que el enemigo se defiende. Se lo agradezco, me dijo Unamuno, pues tengo en Bilbao dos casas y no me agradaría que me las destrozasen. Otra vez me expresó su preocupación por no recordar el padrenuestro. Me extraña mucho, le dije, esa falta de memoria en usted."

    Ojo, está hablando de alguien que ha dejado de ser simpático, no es de extrañar que esté envenenando el cuento.

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    1. En esa época el padrenuestro se aprendía en la infancia y se repetía luego en mil contextos, así que era casi imposible olvidarlo. Si Unamuno dijo eso de veras, probablemente fue al sentirse angustiado él mismo por miedo al Alzheimer. Y no a causa de un beato escrúpulo de meapilas, por muy católico que él fuera.

      Eso de pedirle a alguien de forma interesada que exceptúe un lugar concreto de sus intenciones destructivas me suena de algo…

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  6. El gigante Muzaraque19 de junio de 2018, 0:51

    Patrioteros de entremés, concejales de alquiler, jaleadores del olé, bravucones de burdel. No había redes sociales, pero las descalificaciones de Unamuno al Gobierno de Miguel Primo de Rivera y Severiano Martínez Anido que podemos leer en las cartas a su yerno y secretario José María Quiroga Pla, bajo la forma de un romance satírico, en ese sentido son muy modernas. Quiroga Pla le cuenta en una carta de octubre de 1934 el asesinato del periodista republicano Javier Bueno: «se hicieron cosas como sacar de su casa a J.B. y, sin que hubiera cargo alguno contra él, tenerlo encerrado en un calabozo, muerto de hambre y de sed, y fusilarlo luego después -dicen- de hacerle cavar su propia sepultura. Esto último puede ser una fantasía; lo otro, no». De sobra conocía Unamuno qué tipo de calaña eran Franco, Doval (uno de los protagonistas de la represión de Asturias) y el resto de los militares africanistas y un clero al que detestaba.

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  7. Miguel el Entrerriano19 de junio de 2018, 13:36

    Sostiene Álvarez que me descalifican mis afirmaciones sobre Unamuno. Esas que muchos hicieron antes y mejor que yo: Que lo atenazó el sentimiento de culpa típicamente católico. Que fue políticamente ambiguo, tortuoso, indeciso. (Añado ahora "mezquino": "no bombardee Bilbao, señor Franco, que tengo dos casas"). Que como poeta fue discutible y discutido.

    Menciona Álvarez, con burla, los apuros económicos de la República Argentina. Lo hace desde un Estado la mitad de cuya población laboral es sub-mileurista. A cuyos ciudadanos se forzó hace bien poco a rescatar bancos.

    Que Argentina es un país de maradonas. Lo sostiene desde el Estado más futbolero de Europa, donde los ronaldos y los piqués protagonizan más telediario que las guerras y los terremotos.

    Que Gardel empalaga. Lo afirma desde el solar de Julio Iglesias.

    No estuvo pródigo el Creador, no, al distribuir inteligencia, cordura y coherencia. Anduvo más bien tacaño el Creador, o sea, la Evolución Darwinista.

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    1. Me ha vuelto a decepcionar, se ha defendido usted fatal utilizando unas pobres referencias, impropopias de una persona redicha y sabihonda. Cuidese, no vaya a ser que deudas y corralitos les obliguen a volver a pedir amparo en tierras de ese mal poeta que fue Unamuno. Dicen en Mejico que en Argentina, con tal de presumir hasta los enanos presumen de altos. Pero a mí el dicho me parece una exageracion motivada por el complejo de inferioridad.

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    2. Este "Pedro Álvarez" parece el típico trol, esa curiosa planta parasitaria que abunda Internet. Aconsejo a Miguel el Entrerriano, y al resto de los comentaristas, que no respondan a sus provocaciones.

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    3. José Luis, nada de trol, solo un circunstancial discrepante que espera que no por ello sea tratado como enemigo. Qué conste que en muchos aspectos estoy de acuerdo con los tertulianos. Creo que el debate enriquece y el halago empalaga. Pero si no está usted de acuerdo con mi punto de vista me retiro sin ruido y tan amigos

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  8. Miguel el Entrerriano20 de junio de 2018, 23:46

    Leí el comentario de Benito de Soto y dije para mí No, no puede ser que Gardel cada día cante mejor. Cantará igual (de bien) que siempre, pero no mejor.

    Regresé a la casa, puse Melodía de Arrabal.

    "Barrio plateado por la luna, rumores de milonga es toda tu fortuna. Hay un fuelle que rezonga en la cortada mistonga".

    Y sí, Benito tiene razón. Hoy, junio del 2018, canta mucho mejor.

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  9. Deja al trol que provoque
    pues esa es su santa misión,
    recordarnos a Carlos Gardel
    ha sido una bendición...

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    1. Vamos a ver, Jesús....por qué dice usted que provoco? No habrá más bien que sentirse provocado cuando un extranjero aparece por aquí para compadecerse de nosotros?
      Tómese la molestia de leer las intervenciones de este señor y descubrirá abundantes impertinencias y supremacismo de salón pequeño.

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    2. Suleiman II - (Hamed)22 de junio de 2018, 13:07

      No, no provocas, Pedrito. Hacen falta unos mínimos de categoría para provocar. Ni eres troll. El troll intenta confundir. Tú no eres capaz. Eres sólo un pajarito migratorio muy aburrido que sobrevuela media docena de blogs, y en cada uno de ellos deja caer su cagadita, que no sirve ni de abono.
      Señas personales: siempre pelota del blogger de turno y siempre insultante contra cualquier cosa que tenga una mínima pinta progresista.
      Básicamente un coñazo, Pedrito. Pero bueno, algo sí que diviertes. Endavant!

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    3. Vamos a ver, Jesús....por qué dice usted que provoco? No habrá más bien que sentirse provocado cuando un extranjero aparece por aquí para compadecerse de nosotros?
      Tómese la molestia de leer las intervenciones de este señor y descubrirá abundantes impertinencias y supremacismo de salón pequeño.

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    4. Tiene razón, Pedro, en cuanto a llamarlo provocador. A mi no me provoca que llame pedante predicador a un compañero de comentarios, ni que diga que Gardel es empalagoso. No creo que sea usted un trol ni nada parecido. Tómelo como licencia poética, y por mi, que soy aquí un invitado, puede opinar lo que quiera.

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    5. Respuesta a Suleiman II (o III, o F. o Andreas, o Soyaya,o Almu Dóvar o el juego que le divierta más):

      Primera contradicción (Judas y la última cena)
      Por un lado me denuesta con durísimas palabras contra mi cirrótico hígado y por otro me concede gran importancia al reconocer haber estado curioseando por diferentes blogs en busca de comentarios míos que poder traer a este cenáculo para que se me lapide. Esa elegante actitud es propia de una portera farisea y sin amigos, como a lo mejor era la suegra de Bízzztor el Hechizado. Dolor y honor a partes iguales, insípida mixtura, amigo Cospedal VII.

      Segunda contradicción (Simón de Cirene)
      Por un lado se me tilda de trol por ser mero disidente temporal y se aconseja ignorarme. Y por otro se afirma que en cada blog "soy pelota del blogger de turno". O sea que siempre discuto y por eso repelo, y a la vez siempre estoy de acuerdo. Ni un podemita me supera con tanta capacidad de persuasión: Hoy acampada silvestre en Sol y por qué no mañana unas copas en Galapagar si hay dinero.

      Tercera contradicción (María Magdalena y las buenas mujeres).
      Los fervientes seguidores de Martín, muchos de los cuales utilizan este espacio para realizar indispensables sesiones de terapia, se vuelven díscolos para tomarse la molestia de atacarme al unísono: "Oye, aquí todos pensamos igual, y si crees que por eso somos intolerantes con el discrepante vete ya, la democracia es una especie de yo-yo".

      Cuarta contradicción (RDA=República Democrática de Alemania y también Reservado el Derecho de Admisión)
      Si solo tienen cabida aquí las voces halagadoras y coincidentes y nunca la polémica aunque se exprese de forma correcta ("eso es una tontería"), tal vez el intransigente José Luis debiera aclararlo debajo de Café Arcadia (RDA, mejor sanchistas que quijotes).
      Tal vez me iré o me irán, por osado, pero allá allá.

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