sábado, 29 de junio de 2013

Nada personal: Mejor me callo


Domingo, 23 de junio
LO QUE ESPAÑA NECESITA

Paseo por el mercadillo del Fontán, como cada domingo, y me encuentro, como tantos otros domingos, con mi amigo el psiquiatra José Luis Mediavilla que me habla, como siempre, de la novela que, según él, estoy publicando por entregas cada semana. “Yo no escribo ninguna novela –le respondo fingidamente enfadado–; el de la novela en marcha en Andrés Trapiello”.
            ––Eso es lo que tú crees. Y hablando de otra cosa, ¿piensas que este país tiene solución?
            ––La tiene. No una solución mágica, pero sí capaz de devolvernos la ilusión.
            ––Pues a mí no sé me ocurre ninguna.
            ––Lo primero que hay que hacer es cambiar la jefatura del Estado. Será la señal de que comienza una nueva etapa en la historia de España. Luego una reforma constitucional y gente nueva al frente de los viejos partidos. Necesitamos un jefe del Estado que no nos avergüence, políticos que no cobren ni hayan cobrado sobresueldos, que no hayan mirado para otro lado ante la corrupción estructural de la España del juancarlismo.
            ––¿Apuestas por la república? Me parece que para eso todavía tendremos que esperar.
            ––No, aún no ha llegado la hora de la república. Los cambios de Régimen son siempre complicados, solo tienen lugar cuando ha fracasado el anterior. Y de momento ha fracasado un determinado monarca, con quien no será benévolo el tribunal de la historia (ni quizá otros tribunales), pero no la monarquía. Por primera vez en la historia de España, hay un heredero capaz y a la altura de sus responsabilidades.
            –-No me imaginaba que fueras felipista.
            ––Soy realista. Aprendí, no sé si en Maquiavelo o en Pero Grullo, que por muy mal que estén las cosas siempre pueden ponerse peor. La república –con todo lo que implica de replantearse la estructura del Estado, de decidir si será unitaria o federalista, presidencialista o no: un año o dos de discusiones, con la que está cayendo– es la opción siguiente. La primera, la más fácil, la que más consenso encuentra, es la de la inmediata coronación de Felipe VI.
            –-¿Y tú crees que un cambio de personas cambiará algo?
            –-No será solo un cambio de personas, aunque eso no sea poco. Será otra monarquía, más acorde con los tiempos, sin privilegios, sin secretismos, sin negocios raros, sin vida privada al margen de la ley y las buenas costumbres.
            –-Pues el rey no va a abdicar.
            –-Pues lo hicieron su padre y su abuelo y su bisabuela y su tatarabuelo. El único de sus antepasados de los últimos siglos que no abdicó fue Alfonso XII, y eso porque murió antes de cumplir los treinta años. Abdicar es una tradición en la monarquía española. Claro que Juan Carlos no olvida que la corona se la debe a Franco, no a su padre, y quizá por eso –y por otras razones que callo– prefiera seguir el ejemplo del Caudillo, anteponiendeo sus propios intereses a los del país. Pero esta España no es la España de Franco, es una democracia, todo lo imperfecta que se quiera, y dispone de mecanismos suficientes, recogidos incluso en la Constitución, para hacerle recapacitar.
            ––¿Recogidos en la Constitución?
            ––Sí, en ella se habla de la inhabilitación del rey.
            –-Dejémoslo estar. Te prefiero como crítico literario a como experto en derecho constitucional. Me quedo con tu idea de que el cambio de ciclo en España comienza con algo tan simbólico como un cambio en la jefatura del Estado. A Jung le habría encantado la idea, y a Freud, por lo que tiene de dar muerte –simbólica, por supuesto–  al padre.

Lunes, 24 de junio
PARA UN ARTE POÉTICA

En verso me resulta imposible mentir. Por eso últimamente solo escribo en prosa.


Martes, 25 de junio
DECIR Y NO DECIR

No sé si contar lo que me ocurrió el otro día. No es demasiado verosímil, parece una anécdota inventada, pero ya se sabe que la realidad, al contrario que la literatura realista, no gusta demasiado de la verosimilitud. Paseaba sin rumbo y sin prisa por las callejuelas de Venecia, cruzaba puentes, me metía en patios sin salida, de vez en cuando atravesaba un campo, como allí llaman a las plazas, casi siempre desconocido. Al igual que ocurre en los laberintos, en más de una ocasión llegué al mismo lugar por distintos caminos. Pero no me sentía perdido. Es difícil perderse cuando uno no va a ninguna parte.


            De pronto noté que me seguían. Lo supe antes de sentir los pasos que se detenían cuando yo me detenia, antes de volverme y ver el mismo rostro a no mucha distancia. Paseaba a última hora de la tarde, ya casi anochecido, por lugares cercanos a Fondamenta Nuove, enteramente solitarios.
            Venecia es una ciudad extraña. Todos los visitantes se concentran en unos pocos sitios y dejan el resto para sus habitantes, que gustan poco de callejear y pronto se recogen en sus casas.
            Cerca de San Francesco delle Vigne, di rápidamente la vuelta a una esquina, me detuve y, cuando apareció mi perseguidor, o que quien yo creía tal, me planté de pronto frente a él. “Buona sera”, dije. Sonrió sin susto ninguno, como si esperara que le esperara, y luego dijo, en un italiano contaminado por el dialecto local: “¿Le apetece venir conmigo? Hay lugares en esta ciudad que todavía no conoce y que le gustaría conocer”. Me excusé, tenía prisa, me esperaban. Pero me había visto callejear y no resultaba demasiado convincente. Él se puso en marcha, sin mirar hacia atrás, seguro de que le seguiría. No caminamos mucho. Cerca de Madonna dell’Orto, en la misma Fondamenta en que se encuentra la casa de Tintoretto, creo que se llama la Fondamenta dei Mori, entramos en un caserón desvencijado. Al fondo del patio se veía un jardín, lo atravesamos, cruzamos otro patio, atravesamos varios estrechos corredores, subimos una empinada escalera. “¿A dónde me llevas?”, me atreví a preguntar. Mi acompañante sonrió sin decir nada e hizo un gesto amable para que tuviera paciencia.
            La tuve, y nunca me arrepentiré de haberla tenido. Pero lo que ocurrió después son cosas que un caballero jamás debe contar.


Miércoles, 26 de junio
EN LA NOCHE DE BODAS

En 1917, a sus cincuenta y dos años, Yeats estaba enamorado de dos mujeres, Maud Gonne y su hija Iseult, pero se caso con una tercera, George Hydee-Lees, para poder seguir estando enamorado de las otras dos y tener la casa en orden.
            George era treinta años más joven que el poeta, le admiraba, asistía a todas sus conferencias, formaba parte como él de la Orden Hermética de la Aurora Dorada. La noche de bodas, Yeats se entretuvo componiendo un poema a Iseult Gonne. George comenzaba a pensar que no había tomado una buena decisión.
            Y entonces ocurrió el prodigio. George entró en trance. Un espíritu venido de no se sabe dónde comenzó a mover su mano, a darle consejos a Yeats, a dirigir su vida y su obra.
            Yeats quedó fascinado con aquella materialización de todos sus sueños. George se convirtió en una figura central, olvidó por ella a todas las demás mujeres. Al menos durante un tiempo. Pero las seniles aventuras ya no le importaron a George.
            Murió mucho años después del poeta. Poco antes se atrevió a confesarle a algún biógrafo que todo aquel trance espiritista había sido un engaño, que nunca hubo escritura automática, que todo había sido una ocurrencia para retener a su marido.
            Pero de aquel engaño brotó la mejor poesía de Yeats. Y quizá no fue un engaño, aunque ella lo creyera así.
            “Miénteme, George, miénteme –rezo yo antes de dormirme–, haz realidad todos mis sueños, líbrame de mí mismo”.


Jueves, 27 de junio
ELOGIO DE LA CALUMNIA

Soy un hombre tan anodino que solo calumniándome se puede decir de mí algo interesante.

Viernes, 28 de junio
EL HÉROE Y LOS ESCARABAJOS

Tal día como hoy, hace 99 años, fue asesinado en Sarajevo el archiduque Francisco Fernando, heredero del trono austriaco.  Conmemoro el aniversario leyendo el Diario de guerra, de Ernst Jünger, sus experiencias en el frente entre finales de 1914 y agosto de 1918. Se trata de quince cuadernos que han permanecido inéditos hasta fechas muy recientes.
            Jünger utilizó estás páginas para sus Tempestades de acero, pero qué diferente esa novela autobiográfica de estas anotaciones todavía sin condimento literario ninguno. La guerra no le parece una calamidad, fue a ella voluntario para escapar de unos estudios y una vida rutinaria que detestaba. Ya antes se había escapado de casa y se había alistado en la legión. Observa a los heridos y a los muertos, de su bando o del contrario, con la misma impasibilidad que a los coleópteros que colecciona. Solo una vez siente piedad: “Furioso avancé –escribe en marzo de 1918–. Entonces vi al primer enemigo. Un inglés estaba agachado, herido, en medio del camino en hondonada batido por la artillería. Levantando la pistola me acerqué a él, entonces con gesto suplicante me presentó una tarjeta postal. Vi una fotografía en la que había una postal y por lo menos media docena de niños. Ahora he de decir que me alegro de haber dominado mi furia loca y haber pasado de largo a su lado”.
            Solo hace un siglo de aquella barbarie. Jünger nunca se pregunta por las razones o sinrazones de aquella carnicería. Tuvo ocasión de preguntárselo más de una vez durante los más de ochenta que aún le quedaban de vida. No creo que encontrara la respuesta, ni que le importara demasiado. Los héroes y los sabios como él están por encima del bien y del mal y observan al ser humano, esa “bestia paradójica”, como la calificó Machado, con la misma objetividad que a los escarabajos. Quizá no merecemos otra mirada.


Sábado, 29 de junio
REGALOS

Comencé a celebrar mi cumpleaños el pasado día 17, en Venecia, y terminé de celebrarlo ayer en la tertulia, con la tarta que trajo Catarina y músicas de Bach y Mahler, pasión y resurrección, aportadas por Almuzara.
            Como tenía treinta años cuando comenzaron las reuniones de los viernes y acabo de cumplir sesenta y tres, pienso que el mejor regalo es la propia tertulia, con sus versos y sus burlas, el que todavía haya quien aguante mi empeño por tener siempre razón.
            Estaba también Francisco Alba, convaleciente de la más grave cornada que nos puede dar el destino, que con estoicismo y sabiduría ejemplares está siendo capaz de convertir su dolor en música. Y estaba –con él, en él–  Carmen, que otro cumpleaños me regaló un dibujo con todos los tertulianos convertidos en figuras de un friso clásico.
            Los muertos no se van del todo. Se quedan dentro de nosotros, nos dejan en herencia lo mejor de sí mismos para hacernos mejores.




25 comentarios:

  1. Bueno, señor Cabeza-Dura *. Por esa frase con que cierra hoy su tournée:

    "Los muertos no se van del todo. Se quedan dentro de nosotros, nos dejan en herencia lo mejor de sí mismos para hacernos mejores",

    ... por esa frase le absuelvo a Vd de todos sus pecadillos.

    *Lo de Cabeza-Dura va con cariñín. No se m´ enfade. (¡¡¡Uy, he puesto un asterisco!!!, e incluso un apóstrofo -es que soy granaína-)

    Feliz cumpleaños.

    ResponderEliminar
  2. republicano de las letras29 de junio de 2013, 20:06

    Lo primero de todo, felicitarle por su cumpleaños. Le deseo una larguísima vida llena de momentos felices y gratos, en compañía de amigos, familia, y esplendorosos sueños todavía por realizar.

    En cuanto al tema de la monarquía española, creo que esta obedece a períodos históricos en los que el pueblo, la gran mayoría social, sentido de la nación, era convidado de piedra y mudo testigo de los actores principales de la tragicomedia. Épocas feudales de hambrunas y medievalismo de terratenientes, nobles sátrapas, caciques y adláteres, masas desposeídas, militares por doquier y estamentos clericales legitimadores del orden social cerrado, anquilosado, de siglos y siglos utilizando a los más indefensos, incultos y menesterosos como mulas de norias o cantores de " vivan las caenas ". Después vendría el absolutismo antiliberal reponedor de la inquisición, torniquete de los inconformistas y disidentes a carta cabal, ensayos liberales sin educación pública ni despensas, Alfonsos, y repúblicas, la segunda, con mala prensa entre sectores conservadores, por promover desórdenes antitradicionalistas, reformas agrarias y de instrucción, mejoras de condiciones sociales y de elevación del nivel de vida, connivencias con extremismos marxistas y anarquistas, etc,
    Después del Franco, caudillo de barrancos y cunetas, constructor de la paz del " milagro económico " de planes desarrollistas y turismo, adorador de lo necrófilo y santurrón, que firmaba sentencias de muerte comiendo churros con chocolate, vendrá el deportivo Juan Carlos, para muchos, en principio, su delfín sucesor. Pero la sociedad de masas consumistas, la entrada en la órbita del primer mundo capitalista, aunque a título de sol y playa y periferia anuente de todo lo cocinado en Bruselas y tal, hizo imposible la continuidad de viejas guardias de prieto correaje y saludo romano, incompatibles con la píldora del día después, la secularización, la formación notable de clases medias meritocráticas con hijos emigrando al extranjero, programas televisivos de moral relajadísima, el surgimiento de una cultura abierta hedonista y global, etc
    Hoy, la gente, la masa, el pueblo llano evolucionado, está en teoría muchísimo más preparado para tomar decisiones racionales y avanzadas, a pesar de las angustias del paro, los desahucios, los sueldos bajos, los recortes continuos en educación y sanidad públicas, la corrupción galopante, etc en una monarquía populista de " Hola " y de prensa del corazón, amable, benéfica y patrocinadora de eventos, fundaciones, culturas y conciertos, humanismo de alta burguesía y financieros, apoyo a universitarios, discapacitados, " enfermedades raras " o a " la movida ".
    Francia es una república " coronada ", por ejemplo, pero república, ¿ qué más dará república o monarquía si de lo que se trata es que de modo lampedusiano nada cambie, según el famoso " atado y bien atado " de la herencia Franquista,...
    Cambiarán las formas, pero la dominación, denunciada por Marcuse, Erich Fromm o Duverger y el control de las instituciones por renovados nietos o hijos de aquellos, continuará: no estoy seguro de que una república sea la única panacea para los gravísimos problemas de España, pero evidentemente, la monarquía es ya un despropósito de todas todas, una nueva " corte de los milagros " Valleinclanesca,a pesar de que simule tan balsámica, pacificadora, conciliadora y maja, angelical, contemporánea y de bien común, etc

    ResponderEliminar
  3. Gracias, Sandra. Y yo creo que el cambio en la cúspide, esperemos que no se retrase, será algo más que un "que algo cambie para que todo siga igual". Si todo sigue igual, habrá un estallido y todo se irá al garete. Creo que el heredero es consciente de ello.

    JLGM

    ResponderEliminar
  4. "Observan al ser humano... con la misma objetividad que a los escarabajos. Quizá no merecemos otra mirada". Nada que objetar..., si no fuera que esa supuesta objetividad es aquélla con que algunos seres humanos pueden observar a los escarabajos, no aquélla con la que los escarabajos se observan a sí mismos. Con lo que quiere decirse que, para observarnos así, esos presuntos "héroes" o "sabios" tienen que dejar de ser humanos. Mal camino es ése, a mi parecer. Y más: no creo que conduzca a la sabiduría o a la heroicidad, al menos tal como yo las entiendo. Ya recordó Montaigne que el hombre no es ni ángel ni bestia, y que quiere nuestra naturaleza que quien se empeña en hacer el ángel fácilmente acabe interpretando el otro papel.

    ResponderEliminar
  5. Independientemente de que la república sea un modelo más racional y democrático de régimen, lo verdaderamente sustancial es que los españoles tuvieran redaños para expulsar al monarca de su trono; es precisamente eso: que existiese un poder popular suficiente para FORZAR el cambio. Desde luego que, transcurrido un tiempo, cierta decepción iba a estar servida, pero se habría conseguido lo fundamental: ejercer el poder popular reivindicando el derecho a elegir, incluso a riesgo de equivocarse.
    Hay quienes alertan de maniobras en la sombra de gente poderosa que, viendo el creciente desprestigio y la indignación in crescendo de los españoles, maquinan para destituir al viejo monarca "que nos avergüenza a todos" y dar paso a una "república" pilotada por los poderes reaccionarios (de ahora, de siempre): un simple cambio en el atrezzo, para seguir con la misma tragicomedia.
    Falta por ver la virtualidad de esas fragmentarias muestras de repulsa que vemos que se dan en casi todos los estamentos sociales; falta por ver si no es mayor el peso de la atonía, del conformismo, del miedo al cambio, de la ignorancia estremecedora que percibimos en tantísima gente... Porque la engrasada y mercenaria picadora de carne es lo único que vemos organizado y responder con contundencia a las órdenes de sus "superiores". Por el contrario, desazona ver las estériles discrepancias y los absurdos protagonismos de quienes debieran formar piña y aprestarse a la acometida frontal contra este estado calamitoso de cosas.
    Asombra la berroqueña fe de Martín en las cualidades del Heredero(?). ¿No será mas lógico sospechar que el tal sea -por educación, por intereses, por coherencia, hasta por genética- un perpetuador de todo aquello que ha venido defendiendo la institución que IBA a representar? ¿Estamos en condiciones de perder otros treinta años dándole una oportunidad a quien, además de ser heredero al trono, va a serlo de la fortuna de su padre y mentor? ¿Qué sabemos del individuo sino que vive como dios a costa del erario público y que es parte de esa trouppe que nos abochorna y nos indigna cada día? ¿Qué datos esperanzadores existen que informen a su favor?
    Si con lo que sabemos de Juan Carlos no somos capaces de desalojarlo de la Jefatura del Estado y de (lo que dado el equilibrio de fuerzas parece quimérico) exigirle cuentas por lo que haya hecho impropiamente, es que el Poder sigue estando en manos de los de siempre y que la solución a tanta iniquidad no está en los códigos, ni en las constituciones prostituidas y tergiversadas, ni en el parlamento, ni en los tribunales, tan desprestigiados últimamente. La cuestión radica en la contundencia de la presión popular, entendida esta en su sentido más genérico, pues nada cambia sustancialmente si no es previo empujón desestabilizador, porque otra fuerza, la de la gravedad, tiende a la inmovilidad.
    Si la gente no OBLIGA a los saqueadores del patrimonio común a abandonar sus rapiñas y prevaricaciones, nada bueno ha de esperarse del devenir futuro de nuestra historia. Es un asunto de equilibrio de fuerzas, pues nada es concedido por ética o por magnanimidad.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Por una Monarquía-republicana30 de junio de 2013, 17:06

      F, estimo que es usted Robespierreiano en extremo, un radical jacobino casi ávido de derramar " sangre azul " o de que rueden cabezas, sin valorar lo más mínimo la gran labor con claros y oscuros del Juancarlismo. Querásmolo o no la democracia liberal burguesa representativa formal bicameral parlamentaria vino de la mano de la reinstauración borbónica, desempeñando el rey un papel conciliador y simbólicamente ha servido para unir tendencias disgregadoras irrreconciliables, tan características de la vida pública española, y olvidar de una vez por todas los estragos fraticidas de posibles enfrentamientos ( in ) civiles entre hermanos. En los más de 35 años de monarquía parlamentaria avanzada, España ha dejado atrás muchos de sus demonios seculares, convirtiéndose en una Nación plural y diversa,
      cumplidora de los derechos humanos, culta, avanzada, de debates y democracia;
      muy habitable e incluso admirable, recuperada de sus estereotipos más negros.
      La Monarquía Española, en definitiva, no sólo ha dejado de ser constitucional, sino incluso parlamentaria, para pasar a ser republicana. Es cierto que se ha reseñado o realzado en exceso la Monarquía y al Rey, por el papel de éste en la transición de la dictadura franquista a la democracia, pero es que era la figura de referencia que en su momento inaguró una Nueva España, en la que hasta el Partido Comunista de Carrillo adoptó la bandera roja y gualda, y la constitución española como norma política y jurídica suprema de convivencia entre los españoles.
      De acuerdo, en la necesidad de más transparencia, e incluso estaría más adelante a favor de un referéndum o plebiscito vinculante y decisorio de los destinos de la Jefatura de Estado del Estado español, órgano constitucional no constituyente en ningún momento, que se recoge bajo el nombre de " Corona " en el Título II.

      Eliminar
  6. Algo que quizá no sea una tontería: no es la mirada objetiva en la que no está el mal, sino en la mirada que no establece diferencias, la que mira como igual a cualquier ser vivo. Y ésa mirada es la que está por encima del mal (que no del bien). Yo no soy superior a un escarabajo; tan sólo soy distinto. Lo que no sé si José Luis García Martín o José Cereijo serán superiores a los escarabajos, pues éstos no tienen -ni falta que les hace- su erudición libresca.

    ResponderEliminar
  7. Por alusiones: no creo, efectivamente, que el planteamiento acerca de si los seres humanos son o no superiores a los escarabajos esté muy bien orientado. Pienso, eso sí, que son distintos. Y, siendo JLGM o yo mismo (como, a lo que entiendo, Adolfo González) amantes de la poesía, creo que en eso tenemos ventaja; por lo que sé, la literatura coleóptera no es que vaya muy allá. No tengo noticia, por ejemplo, de ningún escarabajo capaz de inventar algo como "Al despertar el insecto Gregorio Samsa una mañana, tras una noche de sueño agitado, se encontró en su cama convertido en un monstruoso ser humano").

    José Cereijo

    ResponderEliminar
  8. Querido y admirado Cereijo:

    ¿Estará bien orientado el planteamiento que nos considera superiores a ese insecto que ni quiere tener la razón ni querrá dárnosla a ninguno de los dos?

    Yo concluyo que ante esta pregunta lo mejor es callar, tal como reza el título general de estos escritos. Pero tú eres libre, faltaría más, de responder lo que consideres oportuno.








    ResponderEliminar
  9. No lo sé. Yo creo efectivamente, como ya lo dije, que no tiene sentido hablar de superioridades o inferioridades entre cosas tan distintas. Los escarabajos tienen lo suyo (aunque no sean de Liverpool), y los seres humanos también, incluso sin descontar aquella feroz puntada anti-discriminatoria de Mark Twain: "Yo nunca pregunto de qué país, religión o raza es un hombre; me basta con que sea un ser humano. Nadie puede ser nada peor". Pero cada cual pensará lo que quiera. Y gracias por lo de la admiración, y por lo del cariño. Que uno no los merezca, los avalora más.

    José Cereijo

    ResponderEliminar
  10. A todo esto, he de reconocerte que quiero y admiro tanto a los escarabajos como a ti. Bueno, no; a ti, si cabe, un poco más.
    Felicidades, de paso, por su cumpleaños -felicidades, José-, al escritor de este blog.


    ResponderEliminar
  11. Mil gracias. Yo he de reconocer que mis filias escarabajiles son algo limitadas; nada tengo contra ellos, pero puedo vivir sin su presencia, algo bastante más difícil tratándose del ser humano. Es más, creo (Dios me perdone) ser responsable de la muerte de algún ejemplar, cosa de la que me costaría mucho más absolverme en el caso de una víctima humana. Y es que a uno acaba por tirarle la familia, supongo. En fin, felicidades también a ti; que nunca faltan motivos, y, si faltaran, para que los haya.

    José Cereijo

    ResponderEliminar
  12. “El hombre no es ni naturalmente malo ni naturalmente bueno, sino artificialmente estúpido”. (Oído no hace mucho, en una clase nocturna, a un profesor de instituto).

    ResponderEliminar
  13. La foto de la fuente de Pelayo, muy bella.

    ResponderEliminar
  14. Me alegra que alguien la haya reconocido. Gracias.
    Y sí, Felipe de Borbén sería un magnífico presidente de la Tercera República. En su defecto, nos conformaremos con que sea un buen rey, que tampoco es algo demasiado frecuente.

    JLGM

    ResponderEliminar
  15. “Qui Berlino, Nuova York, Parigi, Tokyo, Mosca… L’AVVENTURA DEL PETROLIO (sopra Roma), POLITICA…”. ¿Qui Venezia, Rastro italiano?

    El gato hubiera preferido estar tumbado sobre “La aventura del petirrojo” que me pareció leer primero. Aunque para tomar el sol dormitando, qué más da Venecia, Berlín o Nueva York, unos libros viejos u otros, sobre la política o toda la música de Viena... Por naturaleza sabios y siempre elegantes y fotogénicos ellos. Infancia de pueblo en casa con tejados y gatos, igual a eterna (?) debilidad por ell*s. (En principio uno está contra este uso del asterisco, pero ¿por qué no practicar a ver cómo resulta?).

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ―De acuerdo con ese uso del asterisco, pero eso, sólo si se trata de gatos, de animales ―dijo el misógino del 6º B.

      Eliminar
  16. Cereijo:

    La felicitación era para José Luis por su cumpleaños. No sé si me habrá cogido manía por alguna cosa cierta que le dije; quiero pensar que no, pero tampoco es algo que me quite el sueño: felicitado quedó (ha quedado) por simple cortesía. En cualquier caso, gracias a ti -y felicidades también- por responder en su lugar y felicitarme a mí de paso. Efectivamente, no faltan motivos. Y sí: yo también puedo vivir sin escarabajos cerca. Sin seres humanos no he probado, pero por fortuna los que tengo cerca son naturalmente buenos, de esos que hacen plantearse que la verdadera humanidad existe.

    Hasta otro día.


    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Disculpa que no te agradeciera tu felicitación, Adolfo. Y puedes seguir diciendo todas las cosas ciertas o inciertaa que quieras. Faltaría más. Siempre se aprende.

      JLGM

      Eliminar
  17. Cereijo, se me pasó poner aquí, como acompañamiento a tus citas, un poema de Alberto Caeiro. Poeta artificial, sí, pero muchísimo más natural que la gran mayoría. A éste nunca se le ve el plumero. Ahora sí: hasta otro día.


    Me dices: tú eres algo más
    que una piedra o una planta.
    Me dices: sientes, piensas y sabes
    que piensas y que sientes.
    Entonces
    ¿las piedras escriben versos?
    Entonces
    ¿las plantas tienen ideas sobre el mundo?
    Sí: hay una diferencia.
    Pero no es la diferencia que encuentras;
    porque el tener conciencia
    no me obliga a tener teorías sobre las cosas:
    sólo me obliga a ser consciente.
    ¿Si soy más que una piedra o una planta? No sé.
    Soy diferente. No sé lo que es más o menos.
    ¿Tener conciencia es más que tener color?
    Puede ser y puede no ser.
    Sé que es diferente, sólo.
    Nadie puede probar
    que es más que sólo diferente.
    Sé que la piedra es la real
    y que la planta existe.
    Sé esto porque existen.
    Lo sé
    porque mis sentidos me lo muestran.
    Sé que soy también real.
    Lo sé
    porque mis sentidos me lo muestran,
    aunque con menos claridad
    con que me muestran la piedra y la planta.
    No sé nada más.
    Sí, escribo versos
    y la piedra no escribe versos.
    Sí, hago ideas sobre el mundo
    y las plantas ningunas.
    Pero es que las piedras no son poetas;
    son piedras;
    y las plantas son plantas solamente,
    no pensadores.
    Tanto puedo decir
    que soy por esto superior a ellas
    como que soy inferior.
    Pero no digo eso;
    digo que la piedra: "es una piedra";
    digo de la planta: "es una planta";
    digo de mí: "soy yo".
    Y no digo nada más. ¿Qué más hay que decir?

    ResponderEliminar
  18. Nada más, en efecto.

    J. C.

    ResponderEliminar
  19. Estoy de acuerdo, José Luis. Siempre se aprende. Cosas inciertas digo pocas, me parece; al menos son ciertas como yo las veo, que no veo mal del todo; pero si fuese que yo vivo en otro mundo puede que sea mi forma de decirlas -y la desconfianza que suma, sin vernos cara a cara, este medio de comunicación- lo que puede resultar molesto. Pero no hace falta que te disculpes por no agradecer la felicitación o por agradecerla un poco tarde. También mi felicitación fue tardía. A ver, en fin, si entra este comentario, que estoy en un tren y se pierde la conexión. Lo mejor será agarrar un libro.

    ResponderEliminar
  20. Mirándolo bien, si lo que querías era destacar el gorrión posado en el margen de la concha-pila, pues que has pifiado la foto: se mimetiza de tal modo que no he reparado en él sino a la enésima vez que he mirado la foto. Entonces me desdigo de mis alabanzas a tu arte fotográfico, y torno a ser quien suelo: tu crítico inflexible pero bienintencionado.
    No obstante, si afirmas que es casual la presencia del pájaro en la instantánea, que tampoco habías reparado en él hasta después del posterior visionado de la -entonces- mediocre fotografía, he de creerte y devolverte los laureles ahora cuestionados.
    Soy quisquilloso pero trato de ser justo, buen Martín.

    ResponderEliminar
  21. Gracias, Martín, por tu cariñoso recuerdo de Carmen. Lo ví hace unos días. Me lo advirtió su madre, que te lee los domingos.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar