domingo, 24 de abril de 2016

El arte de quedarse solo: República y Quijotes


Domingo, 17 de abril
QUIZÁ EN BERTÍN OSBORNE

––¿Así que los domingos tomas ahora aquí el café de la mañana, en Dos de azúcar? No dos, sino media docena de cucharadas de azúcar es lo que echas tú a tu prosa cuando hablas del rey. Das un poco de grima de lo dulzón que te pones, amigo Martín.
            ––¿Tú crees?
            ––Hoy mismo en El Comercio, sin ir más lejos. ¿No te da un poco de vergüenza ser tan cortesano? ¡Quién te ha visto y quién te ve! Acabarás sin más lectores que Letizia Ortiz y Graciano García.
            ––Tienen cosas más interesantes que hacer que leerme a mí. Lo único que he dicho es que la jefatura del Estado no es hoy un problema, que está en buenas manos.
            ––Pero no ha habido votación popular, algo imprescindible para tener legitimidad en una democracia.
            ––Bueno, en España nunca el jefe del Estado ha sido elegido por votación popular.
            ––¿Ah, no? ¿Ya te olvidas de que alguna vez tuvimos una república?
            ––Dos, para ser más exactos. Pero ya me dirás cuándo se celebraron elecciones para elegir a Salmerón, Pi y Margall, Figueras, Castelar, Alcalá Zamora o Manuel Azaña. Siempre los eligió el parlamento. Fueron elecciones indirectas.
            ––Las de tu admirado Felipe ni indirectas han sido.
            ––Ya volveremos a eso. Por cierto, ¿has leído la constitución de la segunda República? Yo creo que pocos de los que la añoran lo han hecho.
            ––¡Ahora vas a meterte con la República! ¡Qué bajo has caído! Te vendes por un plato de lentejas.
            ––Cierto, si me vendo es por un plato de lentejas, o mejor, por una fabada que es lo que nos dan de comer cuando nos reunimos los jurados del Príncipe de Asturias. Es uno de los pocos premios en los que no se paga a los miembros del jurado.
            ––Peor me lo pones. Te vendes por nada.
            ––Yo no me vendo: me regalo. Pero no cambiemos de tema. Vayamos a la constitución republicana. Por si no te fías de mi memoria, la busco en el teléfono. Título V, artículo 67: “El Presidente de la República será elegido conjuntamente por las Cortes y un número de compromisarios igual al de Diputados. Los compromisarios serán elegidos por sufragio universal, igual, directo y secreto, conforme al procedimiento que determine la ley”. Ya me dirás cuándo hubo esa elección de compromisarios. Ni en el 31 con Alcalá Zamora ni el 36 con Azaña. En ambos casos, bastó un acuerdo entre partidos. También resulta curiosa la manera cómo se destituyó a Alcalá Zamora. Se le aplicó el Artículo 81: “El Presidente podrá disolver las Cortes hasta dos veces como máximo durante su mandato cuando lo estime necesario, sujetándose a las siguientes condiciones: a) Por decreto motivado. b) Acompañando al decreto de disolución la convocatoria de las nuevas elecciones para el plazo máximo de sesenta días. En el caso de segunda disolución, el primer acto de las nuevas Cortes será examinar y resolver sobre la necesidad del decreto de disolución de las anteriores. El voto desfavorable de la mayoría absoluta de las Cortes llevará aneja la destitución del Presidente”. Los mismos que pedían la disolución de las Cortes y la convocatoria de las elecciones que llevaron al poder al Frente Popular votaron luego que no estaban justificadas, para así poder destituir a un presidente que no les gustaba. Es lo mismo que está ocurriendo ahora en Brasil con Dilma Rousseff. Se utiliza un pretexto jurídico para plantear una cuestión de confianza no prevista en la constitución y destituirla. En el caso de Alcalá Zamora, no estaba nada claro que fuera su segunda disolución de las cortes ya que la anterior no se debía a su voluntad sino a que habían concluido su labor las cortes constituyentes.
            ––Para defender la monarquía eres capaz de cualquier cosa. Hasta de enmendarles la plana a los historiadores.
            ––No le enmiendo la plana a nadie. Solo digo que no conviene contraponer a la jefatura del Estado actual (que está cumpliendo escrupulosamente su papel) con una república idealizada. Habría que ver qué tipo de república queremos, ponerse de acuerdo, y eso lleva su tiempo, no se cambia de régimen de un día para otro, es como dejar una casa en buen uso por otra que hay que construir. Y si los parlamentarios no se ponen de acuerdo para investir un presidente del gobierno, ¿cómo iban a hacerlo para elegir jefe del Estado, algo que requeriría aún mayor número de votos? Por cierto, y con esto termino, no quiero aburrirte más, ¿has leído en la constitución republicana cuáles eran las atribuciones del jefe del Estado? Artículo 75: “El Presidente de la República nombrará y separará libremente al Presidente del Gobierno y, a propuesta de este, a los Ministros”. Sus atribuciones estaban más cerca de las de Alfonso XIII que de las de Felipe VI. Y Alcalá Zamora las aprovechó para enredar lo suyo.  O sea que no resulta muy aventurado afirmar que el régimen democrático que tenemos hoy, a pesar de todas sus imperfecciones, no tiene nada que envidiar al de la segunda República, sino más bien todo lo contrario.
            ––¡Pero los españoles no eligen a su jefe del Estado, te pongas como te pongas!
            ––Pues si tuviéramos una constitución como aquella tampoco lo elegirían los españoles sino Mariano Rajoy, Pablo Iglesias, Albert Rivera y Pedro Sánchez. ¿Y en quién podrían ponerse de acuerdo al menos tres de ellos? Quizá en Bertín Osborne.


Lunes, 18 de abril
BIBLIOTECA ILUSTRADA

Resulta curioso que siempre está hablando mal de la novela cuando para mí el arte supremo es el arte de contar historias, de contarlas o de contármelas. La música, cualquier música, no me interesa si no se convierte en la banda sonora de la película que se desarrolla en mi imaginación mientras la escucho. Tampoco soy demasiado sensible a los matices del color y a las sutilezas de la composición. Entro en el Prado y lo que me fascina son las historias que escucho con los ojos. Visito esta tarde el estudio de Federico Granell, una especie de cueva de Montesinos al final de la calle larga y ferroviaria de la Argañosa, y me encuentro con mil y una historias que he vivido, que me gustaría vivir. Aquel paisaje de Capri, frente a los Farallones, entre la villa de Malaparte y los jardines de Augusto; el beso en la Piazza del Popolo, que continúa por toda la eternidad; la lectora que avanza por las sombras del bosque iluminada solo por un libro; el álbum alemán, de 1936, con todas las fotos cuidadosamente arrancadas y minuciosamente reconstruidas por el pintor; la multitud de solitarios que cruzan una plaza o esperan en el aeropuerto… Decía el príncipe Hamlet que a él le bastaba una cáscara de nuez para sentirse el rey del universo. A mí me basta esa silueta oscura que avanza por un camino arbolado, en Cintra o cerca de Las Caldas, para comenzar una historia llena de enredos, magia y fantasmagorías. Los pintores que prefiero no hacen otra cosa que ilustrar, sin saberlo, la biblioteca de mi imaginación.


Martes, 19 de abril
DESFAZIENDO ENTUERTOS

––¿No vas a decir nada de Shakespeare o de Cervantes, amigo Martín? Serás la única persona que no lo hace en este año en que vamos a acabar hartos de uno y de otro.
            –-No me parece. Ambos resisten bien tanto manoseo. A mí me gustaría aclarar un equívoco en relación con Cervantes, con el Quijote precisamente, pero no soy yo nadie para enmendarle la plana a los especialistas.
            ––Yo creo que con nada disfrutas más. Ya demostraste que los catedráticos de derecho constitucional estaban equivocados cuando decían, y quizá dicen, que el rey estaba al margen del código penal en sus actividades privadas. Veremos a ver por dónde sales ahora.
            ––Pues que no hay un Quijote, sino dos.
            ––Claro, el de Cervantes y el de Avellaneda.
            ––Entonces serían tres. Cervantes no escribió una novela en dos partes, sino dos novelas protagonizadas por don Quijote y Sancho, de la misma manera que Conan Doyle no escribió una novela sobre Sherlock Holmes sino varias.
            ––¡Pero si él mismo habla de primera y segunda parte!
            -–-El término “parte” en la época es ambiguo. Puede referirse a las “partes” de un libro (como ocurre en el primer Quijote) o a la continuación, hoy diríamos a la secuela, de una obra famosa. Se podrían citar infinidad de ejemplos. Baste uno. Poco después de publicarse en Amberes el Lazarillo apareció una Segunda parte de Lazarillo de Tormes, igualmente anónima. Pero se trata solo de una continuación, no de la segunda parte, en el sentido actual, de aquella novela. Lo mismo pasa con el segundo Quijote. Deben ser leídos y juzgados por separado, cada uno de ellos es una obra de arte independiente (aunque relacionadas), de ahí las diferencias de estilo y de concepción. Editarse pueden editarse juntos, eso no importa, como también pueden editarse en un tomo cada una de las series de los episodios nacionales galdosianos, o todos los libros de Alatriste, pero eso no impide que se trate de novelas diversas. Lo mismo que son dos novelas, y no una, Los pazos de Ulloa y La madre naturaleza, de Emilia Pardo Bazán, aunque la segunda continúe la historia de la primera. Cervantes escribió dos novelas sobre don Quijote, la primera, titulada El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, fue la que tuvo más éxito en su tiempo; la segunda, El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha es quizá la preferida por los lectores actuales.



Miércoles, 20 de abril
UN ADIÓS

Silban las balas a mi alrededor y yo silbo también una vieja canción mientras sigo mi camino y hago como si no me enterara. Esta mañana, traspapelado en un montón de libros que derribé sin darme cuenta, apareció la Antologia pessoal de Eduardo García. un admirado poeta del que hacía tiempo que no tenía noticias. Había nacido en Brasil y en la capital de aquel país  se edita esta antología bilingüe. Vivía en Córdoba y alguna vez me sirvió de guía en esa ciudad.
            "Escribir poesía es tratar de romper fugazmente, en algunos instantes privilegiados, la muralla de piedra de la rutina", escribe en el prólogo. Para mí no es de piedra, sino del más frágil y precioso cristal la muralla de la rutina.
º           Esta mañana releía los versos de Eduardo García, que tenía un tanto olvidados: "Al fondo de mí mismo hay cuatro puertas: / la puerta del jardín de los deseos, / la puerta del instante prodigioso, / la puerta de la infancia recobrada".
             Esta tarde me entero de que acaba de cruzar la cuarta puerta, "la puerta de la nada imponderable". Lo hizo ayer, 19 de abril, exactamente cuatrocientos años después de que Cervantes se despidiera de nosotros en el prólogo del Persiles: "Adiós, gracias; adiós, donaires; adiós, regocijados amigos; que yo me voy muriendo, y deseando veros presto contentos en la otra vida”.


26 comentarios:

  1. Almudena Barragán Cantalapiedra-Bode24 de abril de 2016, 16:03

    Pero, don Martín, no es eso, no es eso. Vengo de un mes de asueto en un hotelito rupestre de la Capadocia, apenas el tímpano herido por los ayayáis de lo almuhecines y el crepitar de los sarmientos en la cripta de los asados y le juro que me maravilla (no solo maravilla la nitidez del arcoiris que vi hace unos meses -la belleza digo- en la parroquia de Angones, calcomanía policroma sobre cartulina gris marengo de un celaje adusto de invierno, sino que también maravilla la desfachada impavidez con que algunos sostienen los sofismas más sofisticados), me maravilla, digo, regresar a casa y ver de qué manera sigue la vorágine de los apuñalamientos (así los percibo, tras la calma cuasi monástica que vengo de disfrutar) dialécticos (?) entre los adversos en política. Y leo su alegato de arriba, cuando trata de justificar lo injustificable -la horrible circunstancia de que don Felipe de Borbón ostente la Jefatura del Estado por la cara (carísima), solo por ser hijo de un señor tan poco ejemplar (menudo ejemplar)-, y que me dan ganas de regresar a los antros cavernarios de la Anatolia, lejos de este miasma que infiltra las circunvoluciones cerebrales de gente tan maja y sesuda como usted.
    Con Dios, don Martín.

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    1. Ostenta la Jefatura del Estado solo porque los españoles lo dispusieron de esa manera en la Constitución. Cuando se pongan (nos pongamos) de acuerdo para cambiarla, el Jefe del Estado se nombrará de otra manera (mediante un arreglo entre los líderes de los partidos, por ejemplo, como durante la segunda República). Con Dios, F.

      JLGM

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  2. Honorio Belinchón24 de abril de 2016, 20:52

    El cuadro trae el cuento. Paseaba servidor hacia las seis de la tarde por el Cervigón gijonés, la mar picada, el murmullo de los guijarros mecidos por la resaca, dos grandes pájaros negros sobre un peñasco...

    Esta tarde fría y soleada, de la parte de occidente, por sobre los cantiles roqueños de Torres me llega un cormorán de buche liso. Y, plegando los alerones, se abate como la granada de un obús sobre la superficie inquieta de las aguas. Cinco minutos con la vista fija en la marea y el pájaro que no regresa de lo hondo. Lo daba por perdido (los cormoranes sufren infartos como las personas, lo he leído en N. G.) cuando reparo en una cagarrutita negra que se mece en una cresta espumosa a cien metros del agujero de inmersión, cuyas ondas últimas hace rato que se diluyeron entre las rocas. Y era él, el
    cormorán gallego (los distingo de los nativos, porque llevan una moñeta gris en el arranque del pico). Y no sé debido a qué me sobrevino el recuerdo de María. Y la imaginé escribiendo en un cuaderno de anillas azules, en un banco verde, sobre un prado blanco.
    Flores a María.

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  3. El olor y la música van por el aire; vuelan. Y si son capaces de resucitar los recuerdos con una nitidez tan pulcra es porque son en sí mismos tiempo evanescente, vaharadas del pasado.

    Debería darle a la música un margen mayor de confianza. Casi siempre, a poco que se le de una pequeña oportunidad, termina convirtiéndose en una amiga insustituible.

    Sí que estoy de acuerdo contigo en que llegados a un cierto punto de la vida, no nos conviene minusvalorar la rutina. Sobre todo cuando está se nutre de sorpresas, como me imagino que es tu caso. Un saludo cordial ;-)

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  4. Es curioso que argumentes como lo haría un defensor de la democracia orgánica franquista: "¿Cómo vamos a dejar asuntos tan importantes en manos de la elección y el politiqueo?". También asistimos a todo tipo de confabulaciones y pactos dictados por intereses de los partidos y eso no significa que el sistema de partidos no funcione. Por lo demás, si alguna vez se instaura una república no tiene por qué parecerse a la del 31. El jefe del estado se elige sin muchos problemas en Francia y en Alemania y en muchos países, cada uno con distintas atribuciones. Lo que resulta acranónico es que el jefe de estado lo sea por vía seminal, que sus hijos (y herederos) tengan un sueldo del estado, etc.

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  5. No, Piquero, no, nada de franquismo. El jefe del Estado en España se elige como decidieron los españoles y cuando decidan otra cosa, cambiando la Constitución, será de otra manera. Pero el resultado no será solo por eso mejor. Y para cambiar la Constitución hace falta que la mayoría de los españoles voten a partidos que lleven ese cambio en su programa y que luego estos se pongan de acuerdo en los cambios. De momento algo así parece lejano, cada vez más lejano... Una monarquía aceptada mayoritariamente por los ciudadanos no es menos democrática que una república aceptada mayoritariamente por los ciudadanos. Como no es menos democrático que gobierne el PP, si los votantes así lo que quieren, que el que gobierne Izquierda Unida ("soñemos, alma, soñemos").

    JLGM

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  6. Nadie ha dicho que el sistema no sea democrático sino que resulta anacrónico. Ahora bien, si no hay mayorías para cambiarlo, qué le vamos a hacer. Seguiremos pagando sueldos a la familia. En cuanto a que IU gobierne, quizá no haya que soñar tanto, vistas algunas encuestas.

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    1. Ya te has resignado a ser devorado por Podemos, amigo Piquero. A la fuerza ahorcan. Me temo que tendremos Rajoy para rato.

      JLGM

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    2. No. Por no ser devorados fuimos solos la última vez. Ahora vienen ellos a buscarnos y pondremos algunas condiciones.

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    3. Que mastiquen despacito para que el daño sea menor. Con Podemos, tendremos PP para rato. Pero ya sé que no os importa: lo preferís al PSOE.

      JLGM

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    4. Vaya, ya hemos resucitado aquel antiguo mito victimista de la pinza. Bueno, tranquilos todos que aún no hay nada escrito.

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    5. Ojalá fuera un mito, amigo Piquero. El 15-M le dio la mayoría absoluta a Rajoy y Podemos lo mantiene en el poder cuando todo parecía perdido por los casos de corrupción. A ver qué pasa el 26J. Yo me temo lo peor. No sé si es un mito, pero en la historia de España siempre ha abundado la izquierda tan de izquierdas, la izquierda a la gijonesa, que prefiere que gobierne la derecha antes que cualquier otra izquierda que no sea la suya.

      JLGM

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  7. Le tengo que dar la razón a Piquero. Y a la legión de contumaces que sostenemos lo mismo respecto de la Jefatura del Estado que debe implementarse en un sistema verdaderamente democrático.
    Martín parte de una premisa falsa: la Monarquía no fue elegida libremente por los españoles, sostener eso es una falacia. El amedrentamiento que inducían aquellos que llegaron a poner una pistola sobre la mesa del despacho de un altísimo gerifalte para coaccionar a Adolfo Suárez, eran los mismos que tramaron golpes de estado (seguramente que sangrientos de intención) y alguno de ellos comandó el asalto al Parlamento pocos años después. Aquí se olvida algunas cosas fundamentales, como que años después de la muerte del dictador imperaba el estado de terror en España, con su secuela de asesinados y torturados, cierre de periódicos y amenazas expresas a los demócratas. Y que en ese magma odioso de represión se pergeñó la actual Constitución. Y que, como un apéndice de ella, figuraba lo referente a la figura del rey como Jefe de Estado. Ese mismo rey que, como jefe supremo de las Fuerzas Armadas, gozaba de la presunta capacidad de contener la barbarie que rezumaba de muchos cuartos de banderas de las aguerridas guarniciones. Ese era el caldo de cultivo en el que unos ciudadanos libres e informados debieron refrendar una Constitución pensada para su bien y fortuna. Pero el amigo Martín, que tan lúcido es cuando defiende el derecho a decidir de los pueblos sobre su autodeterminación, parece ser que se enreda en la bandera legalista de quienes quieren supeditar algo primordial a la condición de ciudadano, legalidad que no hay que ser mal pensado para advertir que está tramada y articulada para consolidar un estado de cosas favorable a los que abogan por la inercia histórica, el conservadurismo de los privilegios, la sinrazón.
    Amigo Martín, no TODO se ejerce a través de los partidos políticos, de las instituciones creadas precisamente para constreñir los verdaderos derechos naturales de las gentes. Fiarlo todo a artilugios legalistas es desconocer el sentido profundo de lo que debe ser la democracia. La propia argucia de hacer precisa una mayoría cualificada como la que dicta la ley para hacer una reforma constitucional demuestra lo que vengo diciendo. ¿No cree Martín que existen otros medios democráticos más idóneos y más justos para decidir, sobre esto que nos ocupa y sobre muchas otras cosas, que fiarlo todo al juego partidario, que tan escaldados nos tiene a tantos?

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  8. Esa idea de que la monarquía es cosa "anacrónica" me parece propia de quienes atienden no a la realidad, sino únicamente a sus propios deseos acerca de ella. Un régimen que existe, por poner sólo unos pocos ejemplos, en los países escandinavos, Holanda, Bélgica o Inglaterra (para no salirnos de Europa y hablar, por ejemplo, de Japón) no me parece a mí que tenga sentido calificarlo de anacrónico: ninguno de esos países lo es.

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    1. La monarquía es tan anacrónica como el libro, la cuchara o el matrimonio.

      JLGM

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    2. Nada que hacer. Estás entregado a la causa.

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    3. Bueno, pues oiga, uno prefiere ser anacrónico con suecos, noruegos, daneses o ingleses, a ser modernísimo con Austria, donde acaba de triunfar la ultraderecha, o con tantas otras repúblicas más o menos bananeras. Esa idea "república --> modernidad --> bueno", "monarquía --> anacronismo --> malo" me parece tan infantil como suena, o tanto como me lo parecería su contraria.

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  9. ¿Tolerarían los ciudadanos de los países escandinavos a sus monarcas ciertas tropelías que todos sabemos que han ocurrido por aquí? ¿Cuánto iba a durar la "dinastía" de los Bernadotte si se dieran casos casos semejantes en la fría Suecia? Porque hay repúblicas y repúblicas..., y monarquías y monarquías: ¿o no?

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  10. Quiero hacer una puntualización sobre lo escrito anteriormente. Pudiera parecer excesivo a algunos que defina como un estado de terror los años subsiguientes a la muerte de Franco. Pero hay que tener en cuenta que bajo el mandato de Arias Navarro la maldad del régimen no minoró; los asesinatos de la calle Atocha, la masacre de obreros de Vitoria (siendo Fraga praetor, el ulterior maestro de neodemócratas) y un sinfín de atropellos a los derechos humanos tuvo aún un largo recorrido. En el gobierno de Adolfo Suárez, pese a su decidida voluntad (o eso parece, o eso quiero creer) de cambiar el régimen, siguieron ocurriendo tropelías y arbitrariedades, así como amenazas descaradas de gente de mucha estrella en la bocamanga y de personajes como garcía Carrés. El eufemísticamente llamado "ruido de sables" ensordecía los oídos de la gente de buenas orejas.Las tramas conspirativas se multiplicaban, hasta parir el esperpento del 23-F, en cuya onda vivimos muchos años, yo diría que aún llega algún anillo hasta nuestro rompeolas. Y en ese solaz "nos" dimos la actual Constitución, con la Monarquía incrustada en ella, igual que el plomo se incrusta en las alas de una perdiz para limitarle el ya corto vuelo de por sí.
    La figura providencial del Jefe de Estado, tan mimada, tapada, adulterada, acaba de explotar como una olla de piñata y muchos -aunque vivíamos siempre con una reserva de escepticismo- nos frotamos los ojos como recién salidos de un mal sueño: ahora, entre los caramelos esparcidos por el barro, brilla alguna píldora de claridad. Y, siendo así, Martín pone fomentos a la sagrada Institución, como si el meridiano de Copenhague pasara por Vallecas.

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    1. No sé la edad que tendrá el muy plural y nada pluralista F. Yo recuerdo bien el referéndum para la aprobación de la Constitución, y cómo el votar "sí", como yo lo hice (y volvería a hacerlo si se diera el caso) era sentido precisamente como un ejercicio de libertad. El voto negativo fue defendido, y muy vehementemente, por ejemplo por Fuerza Nueva o FE de las JONS -o sea, justamente García Carrés y demás vociferantes personajes contrarios a cualquier intento de avanzar hacia la democracia-, que la consideraban "atea, marxista y peligrosa para la unidad de España". Ya sé que para usted todo eso es apariencia, como lo es todo hecho, por muy hecho que sea, que no coincida al milímetro con sus certezas inamovibles (que lo del "inmovilismo" no es cosa sólo de la derecha), pero ocultarlo o tergiversarlo tampoco es muy útil. Ni muy sano, ni muy ético.

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  11. Emeterio Bodilón Esquivias.29 de abril de 2016, 9:08

    Tú a lo tuyo, Cer; déjate de politiqueos y piensa en lo rara que pinta esta primavera y lo cargada que viene de sugestiones para el seso (sic). A escribir, a no perder el tiempo.
    Tuyo afmo.

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    1. Lo mismo le digo al Sr. Bodilón: déjese de gorgoritos, que a los poetas no les hacen ninguna falta.

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  12. Germinal Rojo Negrete (aquí, Donatello entre las fieras)30 de abril de 2016, 13:08

    ¡Viva el 1º de Mayo! Era este un grito, entre alegre y resquemado, que lanzaban al aire en las mañanas (que solían ser soleadas) de día tan señalado nuestros heroicos padres, nuestras abuelas que fumaban picadura y que leían El Socialista en el ateneo obrero. ¡Viva el 1º de Mayo! No hacía falta decir más, explicar por qué tenía que vivir el primero de mayo, que por qué la gente bullía como hormigas (rojas) en torno a los pendones rojos con la pluma y el yunque socialista, con el rojo y negro libertario.
    ¿Habrá que explicar a las nuevas generaciones qué pasó un lejano (pero no tanto) primero de mayo en la brutal Chicago? Lo malo es que, explicado, me temo que iba a ser escaso acicate, referente, aglutinante, rubefacciente, detonante, enardeciente en el consciente (?) de la gente. Cada poco mueren achicharrados en talleres subterráneos de Bangladesh cientos de neo esclavos y aquí no pasa nada. Pero habremos de remontarnos al no menos brutal New York de 1911 para recordar la incineración de 123 mujeres y 23 varones, porque sus patrones los habían encerrado (no fueran a hurtar alguna camisetilla, que la propiedad privada es la propiedad privada) en la fábrica y, al no poder escapar, ardieron como antorchas. Y además... Pero no sigo, que me disperso:
    ¡VIVA EL 1º DE MAYO!

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  13. Pues mil gracias, hombre; pero lo de "dejarse de politiqueos", si de veras es buen consejo, ¿nos lo aplicamos todos? De momento, lo veo un poco difícil, ¿no?

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