domingo, 21 de septiembre de 2014

Nadie lo diría: Quién fuera inglés


Domingo, 14 de septiembre
VERDAD VERDADERA

La verdad en el arte no siempre resulta verdadera. Hacen falta algunas especias para que la carne cruda de la verdad resulte digerible en la literatura o en el cine. Entro a ver Boyhood, de Richard Linklater, como quien se dispone a asistir a un experimento. Doce años en la vida de una familia rodados a lo largo de doce años. Una buena idea para un documental, quizá no tan buena para una película de ficción. El protagonista, Mason, es un niño de seis años al comienzo; un joven de dieciocho al final. Podían haber sido rodados por actores distintos, pero es el mismo Ellan Coltrane el que va creciendo ante nuestros ojos. El tiempo a veces se detiene, a veces se acelera, como en la vida misma.  Y uno sigue la historia, tan bien contada, tan creíble, con la emoción de estar asistiendo a algo más que una película.
            Richard Linklater filma el misterio, el trivial e indescifrable misterio de vivir. ¿Si alguien leyera este diario desde sus comienzos, hace más de un cuarto de siglo, tendría la misma impresión? No me imagino a nadie capaz de semejante hazaña.


Lunes, 15 de septiembre
POR QUÉ SOY TAN VANIDOSO

“Qué vanidoso eres”, me dice un amigo. Y no le desmiento, solo sonrío. Como otros ejercitan incansablemente la acreditada virtud social de la falsa modestia, a mí me gusta jugar a la falsa vanidad. Al contrario de lo que se piensa, la falsa modestia es una descortesía, una fatigosa solicitud del elogio ajeno. En cambio, basta dar a entender que uno es muy listo para que los demás piensen todo lo contrario. Y en mi caso tienen razón (por una vez voy a jugar yo también a la falsa modestia).
            A otra cosa no, pero a hipócrita no me gana nadie. Finjo tan bien la falsa vanidad que todo el mundo cree que es verdadera.


Martes, 16 de septiembre
MI ABUELO Y YO

Hay temas de los que procuro no hablar, o hablar lo menos posible, como el  conflicto catalán. Encasquillado cada uno en sus prejuicios, resulta muy difícil que nadie haga cambiar a nadie de su posición. Uno siempre pensará que la suya es la verdadera y que el otro está equivocado. Escucho, sin embargo, decir algo que “la unidad es un valor moral” a quien por su profesión –ocupa un alto cargo de libre designación papal en la iglesia católica– algo debería saber de moral y debo esforzarme mucho para no salir a la palestra y replicarle: “Pero vamos a ver, hombre de Dios, ¿cómo va a ser un valor moral la unidad si esa unidad es impuesta? Hasta usted, enemigo del divorcio, reconocerá que un matrimonio, si no es aceptado libremente por los contrayentes, resulta inválido?”
            Por muy arzobispo que sea, seguro que, en cuanto lo piense un poco, acaba reconociendo que la unidad solo es un bien cuando no es forzada. Pero enseguida añadirá, como mi amigo José Luis Piquero (milita en Izquierda Unida, pero en cuando le tocan a las esencias patrias razona como un arzobispo), que la unión de Cataluña y España no tiene nada que ver con un matrimonio.
            Y entonces yo cambio de tema. Qué fuerza tienen los mitos. Renuncio a hacer de Quijote contra los prejuicios de mi tribu, a fin de cuentas ni mejores ni peores que los de la tribu vecina. Pero si cada uno tiene sus razones, y abogados que las defiendan, la razón –si no toda, al menos en su mayor parte– en este caso la tiene el gobierno catalán y no del español, quien quiere que los ciudadanos opinen y no quien pretende callarles la boca..
            Es difícil librarse de los prejuicios, y yo me imagino que, como todo el mundo, estaré lleno de ellos. Pero del mito del patriotismo opresor (no del patriotismo bien entendido) me libré muy pronto. Lo he contado más de una vez. Sé que no tenía más de diez años porque entonces aún vivía en Aldeanueva del Camino. El maestro nos había leído un cuento de Pedro Antonio de Alarcón, una de sus Historietas nacionales, creo que “El carbonero alcalde”, en la que los guerrilleros españoles atacaban a los soldados franceses con toda clase de sádicas artimañas. Era una guerra justa, los franceses habían invadido nuestro país, los españoles defendían su patria, nos decía el maestro. Pero mi abuelo había estado en la guerra de Marruecos y le gustaba hablarme de sus andanzas  allí, de lo crueles que eran los moros, del desastre de Annual. Y un día, después de haber escuchado por la mañana al maestro y por la noche, una la noche de invierno, junto al fuego de la cocina, las batallitas de mi abuelo, le dije con mi ingenuidad infantil. “Pero, abuelo, si en la guerra de la Independencia los malos eran los franceses porque había invadido nuestro país, en la guerra de Marruecos los malos no eran los moros, sino nosotros, que habíamos invadido su país”.
            Muy pronto aprendí yo que “los buenos” no son siempre los nuestros, que los buenos, en cualquier conflicto, son los que defienden una causa justa. Claro que, si el conflicto es armado, y yo dijera estas cosas públicamente, me fusilarían por traidor. De momento no hemos llegado a esos extremos.

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Miércoles, 17 de septiembre
EN EL CAMPOAMOR

Soy de esas personas que habitualmente hacen dos cosas a la vez (ninguna bien, por lo general); lo que no sabía es que puedo pensar y sentir tres cosas al mismo tiempo. Desde que súbitamente estalla la tormenta en el escenario hasta los acordes en los trombones que anuncian el suicidio de Otelo, me dejo llevar por el carrusel de la música de Verdi, seducir por las perfectas voces. Pero a la vez no paro de reírme interiormente ante el ridículo y la incongruencia de la puesta en escena. El culpable del desaguisado no es alguien que pasaba por allí, sino todo un profesional, Bruno Berger-Gorski, que ha dirigido no sé cuántas óperas y ha sido premiado no sé cuántas veces. Sitúa la obra en unos imprecisos años cuarenta, convierte los niños, mujeres y marineros chipriotas que cantan en torno de Desdémona y le ofrecen flores y frutas como regalos en supervivientes de alguna batalla con la cabeza vendada y apoyados en una muleta; el dormitorio de Desdémona, donde reza su famosa Avemaría antes de ser asesinada, en callejón con pintadas en las paredes… Hay sesiones de fotos en el escenario (se ha inspirado en Diana de Gales para recrear a su Desdémona), pero a la vez cuelga el estandarte con el león de Venecia y se habla de trirremes y el coro entona cantos de gratitud mientras los soldados violan a las mujeres que salen a recibirles..
            Desde hace tiempo se ha extendido la idea de que la puesta en escena de una ópera puede estar completamente al margen del libreto y de la música, ir incluso en contra de ellos, que son solo un pretexto que no puede coartar ni la imaginación ni la libertad de quien se encarga de ese menester, otro artista.
            Disfruto con la música, me río de la puesta en escena (y de los presuntos expertos que confunden esos gratuitos caprichos con la modernidad) y la vez voy analizando el endeble, muy endeble, libreto de Arrigo Boito: Yago es un malo de tebeo, pero aún así, resulta el personaje más coherente de todos: Otelo se comporta como un crédulo idiota y Desdémona, más que ingenua, parece simplemente tonta. Si no fuera por la música, ¿cómo emocionarnos ante criaturas semejantes? Claro que en Shakespeare tampoco la historia es mucho más coherente. En su último libro, Donne, se ocupa Andrea Camilleri de la “infinit`d’incongruenze temporali, caractteriali, psicologiche” que se encuentran en la trama. La primera,  que entre el desembarco de la pareja en Chipre y el final de la tragedia apenas pasan treinta horas: mucha prisa tendrían que haberse dado Casio para seducir a Desdémona y cometer adulterio. Camilleri da una curiosa explicación del comportamiento de Desdémona: no es ingenua, sino suicida: sabe que con su amor por el moro ha traicionado a su clase y por eso busca la muerte.
            La música, por hermosa y conmovedora que sea, no es suficiente para tenerme a mí tres horas sentado en un teatro; necesito hacer otras cosas; como no puedo leer, me entretengo analizando las ocurrencias de Berger-Gorski y la endeblez del argumento.
            Sospecho que he envejecido, pero no he madurado: sigo siendo el niño que necesita estar siempre jugando con algo, destrozando algo, para no aburrirse.


Jueves, 18 de septiembre
ME MIRO AL ESPEJO

Mi entretenimiento favorito en los últimos tiempos consiste en la observación minuciosa de una fascinante y variopinta especie animal: los seres humanos. No me canso de estudiarles, de analizar su comportamiento. Son miles de millones los individuos que la integran y no hay uno igual a otro. Yo me siento en la mesa de la cafetería y les escucho hablar en la mesa de al lado o pasar al otro lado de la cristalera: son un espectáculo inagotable. Estos días, fiestas de San Mateo, las calles, las plazas  los locales del centro de Oviedo se llenan de gente. ¿Qué les atrae? La ciudad se vuelve hostil: atruena la música –lo de música es un decir– de los chiringuitos y escenarios callejeros; no encuentra uno sitio donde sentarse; los camareros, desbordados, atienden peor que nunca… Y, sin embargo, no solo los sufridos jóvenes, que se apuntan a cualquier cosa, sino familias con niños, matrimonios ancianos, gente que parece no salir ninguna otra noche del año, tratan de abrirse camino entre el barullo, beben cualquier cosa para aturdirse y soportar la fiesta.
            ¿Qué le mueve al rebaño humano a apretujarse en un pequeño espacio durante unos determinados días del año? No lo sé, trato de averiguarlo y en eso me entretengo. Mis amigos más inteligentes procuran dejar Oviedo, o al menos no aparecer por las calles del centro, durante estas fechas. Pero yo, no por masoquismo, sino por curiosidad, voy a todas partes, tomo nota, formulo hipótesis sobre el comportamiento de esa parte de los seres humanos que no sale de fiesta cuando les apetece sino cuando ancestrales costumbres lo ordenan, que pasan la noche fuera de casa solo cuando toca, aunque no se diviertan nada. La fiesta para muchos de ellos es un deber, no una fiesta; es una obligación, no un disfrute.
            Me fascina esa endémica especie animal, los seres humanos, ya dije. Y como yo pertenezco a ella (aunque haya quien lo dude), paso mucho tiempo mirándome al espejo, observándome de reojo: tengo la impresión de soy tan raro, tan fascinante, tan insoportable casi siempre, tan seductor a ratos como cualquiera. En la especie humana ser raro es lo normal; no sería uno normal, completamente normal, si no fuera de lo más rarillo.

Viernes, 19 de septiembre
ENHORABUENA, ESCOCIA

Lo que define a una democracia no es quién gane o pierda el partido, sino que se pueda jugar el partido.


Sábado, 20 de septiembre
EN DEFENSA DE LA LEGALIDAD

Ayer en la tertulia, que pudo celebrarse casi con normalidad a pesar de que Oviedo estaba casi en estado de sitio a causa de las fiestas, hablamos, cómo no, del resultado del referéndum escocés y de cómo el resultado, que parecía inclinarse hacia la independencia, cambió hacia el polo opuesto cuando el gobierno inglés dejo de meter miedo con los riesgos de la secesión y se dedicó a hablar con el corazón en la mano, a soltar alguna que otra lagrimita y a hacer atractivas ofertas de última hora.
            ¿Aprenderá Rajoy la lección? Qué va. Se le ve feliz de que los escoceses hayan dicho no, pero no cae en la cuenta de que, para que digan no, hace falta que previamente se les consulte y se les permita decir sí o no. ¿Pero cómo va a consentir él eso a los catalanes? Parece pensar como Cánovas, para quien era español quien no podía ser otra cosa. ¿Quién iba a querer seguir siendo español si se permitiera dejar de serlo? Esa pobre idea tiene de España el presidente del gobierno de España.
            Digo yo que un día como hoy me gustaría ser ciudadano británico y no español para poder estar orgulloso de mi país, cuando un contertulio, que conoce bien mis afinidades socialistas, me interrumpe:
            ––Pues Pedro Sánchez también es contrario a la ilegal consulta catalana.
            ––¡Pues si es así debería caérsele la bonita cara de vergüenza!
            Y me entretengo en explicarles lo que no he visto que haga ningún jurista “español”: que esa consulta, una vez aprobada la ley que permite convocarla no es ilegal, que sigue sin serlo aunque el gobierno (qué vergüenza esos ministros con la cartera en la mano, dispuestos a salir corriendo a anularla en cuanto suene la señal) la recurra y pida su suspensión cautelar. Esa suspensión no invalida la ley, solo impide que se aplique, hasta que el Constitucional se pronuncie, para evitar daños irreparables en el caso de que acepte los argumentos del recurso. Porque puede no aceptarlos. No es posible anticipar la decisión del tribunal. Por otra parte, na ley se puede recurrir y no pedir su suspensión cautelar (ocurrió, por ejemplo, con el Estatut); es lo que debería ocurrir con la ley de consultas: la votación del 9N en ningún caso produciría daños irreparables, no es vinculante.
            Continuo perorando en la tertulia: “La artimaña legal del gobierno para que no haya votación ese día es producto de una decisión política, no obligada por ninguna ley. A mi entender, es una torpe decisión política. Si esa votación se hubiera aceptado desde el principio, el resultado habría sido probablemente como el de Escocia y se habría acabado el problema. Enconado el asunto, me atrevo a profetizar que los partidarios del no a la independencia apenas superarán el treinta por ciento. De ahí que se haga todo lo posible, con ley, sin ley o contra ella, para impedir la consulta”.
            –-¡Tú pareces encantado con que Cataluña se independice, a ti te ha fastidiado que los escoceses hayan dicho no!
            ––Es posible. Pero como demócrata acepto de buen grado que los ciudadanos puedan decidir lo contrario. No me confundas con Mariano Rajoy ni menos con Pedro Sánchez. Sigo siendo socialista, pero de los de Rodríguez Zapatero, a quien se debe la afirmación más democrática y sensata sobre este asunto: “Cataluña será lo que quieran los catalanes”.


44 comentarios:

  1. Es, efectivamente, difícil ponerse de acuerdo en un asunto como éste, porque son muchos los prejuicios y poco el deseo de renunciar a ellos. Y, lo que es más, nadie reconoce tenerlos. Claro que lo mismo le pasa a JLGM, pero en su caso, en su absolutamente excepcional caso (seguramente único), es verdad: como bien nos ha explicado, él no los tiene. Cierto que lo mismo dicen los demás, pero no cabe ninguna duda de que se equivocan en eso, puesto que no son JLGM, que ya hemos explicado que es, probablemente, único.

    Sobre el respeto a la ley, también nos ha explicado JLGM que es el Gobierno catalán, de quien debería aprender el español, quien ha mostrado hacia ella un exquisito respeto. Tanto, que la ley que acaba de aprobar el Parlament catalán se llama "de consultas no refrendatarias", así que no hay problema, porque es la regulación de un referéndum lo que hubiera tenido problemas legales. Excelente. Ya sabemos que la intención, anunciada además a bombo y platillo, es utilizarla para convocar un referéndum en que se pregunte a los catalanes (de un modo un tanto peculiar, pero eso tampoco importa) si quieren tener un Estado independiente. O sea, lo que el Gobierno catalán pretende hacer es exactamente lo mismo que se ha hecho en Escocia estos días, pero sin llamarle (como en Escocia) referéndum, para no chocar con la Constitución. Con lo cual habrían burl..., quiero decir, respetado exquisitamente la ley.

    Y si yo no lo entiendo, es simplemente porque mis prejucios me ciegan. Lástima no saber dónde hay un oftalmólogo que pueda combatir eso, que si lo supiera, corriendo, vamos. Pero en fin, haremos lo posible para que al menos la ignorancia no le deje a uno en ridículo, y por tanto nos callaremos. Muy democrático quizá no sea (JLGM nos deja claro que lo único democrático sería dejar hablar), pero práctico, sin duda.

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    1. Qué fácil resulta tener razón con interlocutores como anónimo. No es que yo no tenga prejuicios, es que hace falta una mayor finura intelectual para descubrirlos. En otro comentario explicaré el por qué de esta jactancia.

      JLGM

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    2. “Lo que el gobierno catalán pretende hacer es lo mismo que ha hecho el gobierno de Escocia”. Completamente cierto, eso es lo que pretende el gobierno catalán hacer algún día... de momento muy lejano. Habrá que cambiar la Constitución para poder hacerlo y los trámites no son sencillos. La consulta del 9N es un paso previo, muy previo y con efectos muy diferentes al referéndum catalán: aunque el ciento por ciento de los catalanes votarán sí, Cataluña seguiría formando parte del Estado español exactamente como ahora. Esa consulta no es vinculante, no tiene efecto legal, solo permitiría saber exactamente si los catalanes están mayoritariamente o no a favor de la independencia.
      (Más aclaraciones en otro comentario, no hay que aburrir a los lectores.)

      JLGM

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    3. Como ya expliqué en otra ocasión, aunque en Escocia hubiera sido mayoritario el "sí", los mismos promotores del referéndum habían dejado claro que no sería independiente de hecho hasta 2016; o sea, de momento seguiría como hasta ahora. Supongo que JLGM está convencido de que así será también con Cataluña, pero en este caso hasta que no se cambie la Constitución. Ojalá tenga razón en eso; me gustaría estar más seguro de ello de lo que lo estoy.

      Y no porque sea naturalmente desconfiado, sino porque en Cataluña se han oído, y se oyen, voces de personas y organismos muy cercanos al actual Gobierno, y muy apoyados y hasta financiados por él (por ejemplo, la ANC de Carme Forcadell, una de las organizadoras principales de las manifestaciones y demás de los últimos 11-S) pidiendo, y en algunos casos exigiendo, que Cataluña sea independiente a partir del 24 de Abril de 2015 (antes que Escocia, como se ve y también dije). Y nadie de ese Gobierno, que yo sepa, las ha desautorizado. Tampoco apoyado explícitamente, es cierto, al menos que yo sepa; pero sí dejado decir, y apoyado abiertamente a quienes dicen. JLGM parece convencido de que todo eso no tiene ninguna importancia, hasta el punto de que no vale la pena ni hablar de ello. Ya digo, ojalá tenga razón.

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    4. Perdóname que sea un poco brusco, amigo Anónimo, pero confundes cosas fundamentales. Voy a tratar de explicar aquello de lo que puedes enterarte por cuenta propia sin más que sabiendo discriminar entre lo que se lee y separando información de opinión.

      1./ Si el "si" hubiera triunfado en Escocia, ya no habría vuelta atrás. Pero la independencia efectiva tardaría en llegar porque hacen falta muchas negociaciones para separar dos países, dejar claro lo que es de uno y lo que es de otro y evitar conflictos futuros. Exactamente como en un divorcio: una vez que los cónyuges deciden terminar su matrimonio comienzan los trámites de los abogados, que llevan su tiempo. Da un poco de vergüenza explicar esto, y pido disculpas, pero Anónimo vuelve sobre ello una y otra vez..
      Tampoco los compromisos electorales del gobierno británico, que hacen que la relación de Escocia con el Reino Unido, aunque haya triunfado el "No", no sea la misma que antes del referéndum, comienzan a aplicarse al día siguiente: hace falta un tiempo para que las lleve a cabo el parlamento.
      .
      2./ Para que Cataluña sea independiente no basta con que Oriol Junqueras (ese otro nombre del demonio para los españolistas) o la presidenta de la ANC lo digan; eso no son más que declaración de intenciones, palabras que se lleva el viento. Hace falta que lo decidan los ciudadanos de Cataluña en un referéndum vinculante (no en una consulta no vinculante) y luego lo acepten así las dos partes implicadas: el gobierno de Cataluña y el de España. Y, después de que lo aceptaran, comenzarían las negociaciones para el reparto de los intereses comunes; o sea que, como en Escocia si hubiera triunfado el sí, se tardarían algunos años para que esa independencia fuera efectiva.
      O sea, que no tenga miedo mi amable contradictor: si Cataluña llega a ser independiente (yo tengo mis dudas) no lo será de la noche a la mañana porque un iluminado se levante, salga al balcón y grite "somos independientes". Tienen valor legal las decisiones del gobierno que se publican en el boletín oficial, no los titulares periodísticos.

      3./ Las cosas se hacen bien o no se hacen (para evitar el riesgo de hacer el ridículo), y de su intención de hacer las cosas bien y atenidas a la más estricta legalidad democrática me parece que están dando buena muestra el gobierno y el parlamento de Cataluña.

      JLGM

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    5. Bien; esperemos que los hechos den la razón a JLGM; yo ya he dicho que tengo alguna duda, pero ojalá me equivoque. Respecto a lo de hacer las cosas "bien y atenidas a la más estricta legalidad democrática", por parte del gobierno y el parlamento catalanes, ya he dicho lo que pensaba acerca de la redacción de la(s) pregunta(s) del referéndum que no se atreve a decir su nombre, perdón, de la consulta no vinculante; no es eso exactamente lo que yo llamo "hacer las cosas bien"; y es sólo un ejemplo. Son muchas otras las dudas que se me ofrecen, pero el tiempo las irá despejando; y ojalá lo haga en el sentido que supone JLGM. Sí le critico, otras veces lo he hecho, su irresistible tendencia (en la que se parece no poco al amigo F.) a pasar de la contradicción de los argumentos a la descalificación personal del interlocutor. Supongo que se da perfecta cuenta de que son dos cosas distintas, y la segunda no especialmente civilizada; pero imagino que la tentación es más fuerte que él, qué vamos a hacerle.

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    6. No descalifico al interlocutor, sino su manera de razonar. Y otra vez hay razón para ello. Quienes han pedido la consulta han pactado las preguntas; no tienen derecho a criticarlas quienes de antemano han rechazado la consulta. Si el gobierno central, dice: "Muy bien, no voy a recurrir la ley del parlamento catalán puesto que no tiene efectos sobre la soberanía nacional, ya que solo pretende conocer la opinión de los ciudadanos al respecto, pero no estoy de acuerdo del todo con las preguntas, vamos a pactar una sola pregunta y más clara". ¿De verdad cree mi interlocutor que alguien en Cataluña se negaría a ese cambio? Repito mi argumento anterior: quien niega absolutamente la posibilidad de la consulta no debe perder el tiempo discutiendo los detalles de esa consulta.
      Y los lectores, si alguno hay, ya tienen clara mi postura y la de Anónimo. Si le parece, lo dejamos aquí. Pero si quiere le dejo la ultima palabra.

      JLGM

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    7. Lo dejamos; sólo repito que ojalá los hechos le den la razón.

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  2. Pues lo que ocurre con la plétora mateína es que Oviedo ha sido siempre un pueblo gregario y algo paleto, que gusta de visitar los chiringuitos en familia -aunque no salgan casi nunca el resto del año- con el mismo pasmo y envaramiento con que visitaban (¿aún lo hacen?) los "monumentos" por Semana Santa. Se endomingan y, paseando tiesos entre las lonas y adoptan una pose grave y comedida, como si estuviesen haciendo pasillo a la creme-nomenklatura carbayona que va de Otelo al Campoamor, actitud a todas luces impropia de quienes salen a divertirse. Las señoras van el día anterior a la pelu y al abuelo le encasquetan una beret nuevecita, comprada para el evento: todos ellos ansían, como cosa propia, que las fiestas salgan bien y que los visitantes queden pasmados de cómo se las gastan en "una de las ciudades más bonitas de Europa (!), como dijo un concejal conservador que suele viajar más bien poco.

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  3. Muy amable por tu parte pero me temo que no tengo esencias patrias que me puedan tocar. Me has confundido con Oriol Junqueras. Pero te voy a dar la razón en algo: efectivamente, la unión de Cataluña y España no tiene nada que ver con un matrimonio, igual que una familia numerosa no tiene que ver con un parlamento ni una comunidad de vecinos con una orgía. Fue una metáfora ingeniosa pero ya cansa. En cualquier caso, la parte que a mí me interesa de las relaciones entre Cataluña y España (ya que te empeñas en ponerlo en términos de pareja) no son las legales sino las sentimentales, lo que sienten los cónyuges. Y entonces esto me parece “La guerra de los Rose” (la película, no el conflicto histórico de York y Lancaster).

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  4. Hombre, Piquero, un poco de lógica: que yo diga que, a la hora de razonar en ciertas cuestiones, te ciega el nacionalismo mal entendido, no implica que seas el único a quien eso le ocurre. En cualquier caso, de confundirte con alguien mejor que sea con Oriol Junqueras que con José Bono (al menos eso me parece a mí, aunque tú pensarás lo contrario)

    JLGM

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    1. Bueno, si tú eres cansino en repetirlo lo seré yo también en negarlo: no tengo esencias patrias que venerar. Y entre Bono y Junqueras no me quedo con ninguno. Los dos me parecen unos fanáticos. Perdón, quise decir simplemente nacionalistas.

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    2. Lo que uno es se deduce de su comportamiento y de sus ideas. Los nacionalistas no periféricos creen que solo lo son los "separatistas". Hay también nacionalismos unionistas, querido amigo. Y mucha gente de derechas que jamás aceptaría que la califiquen de derechas (algunos dicen que es mi caso, no lo creo).

      JLGM

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    3. Cuando me expliques por qué estar en contra de la independencia de Cataluña (que no de la votación, que la acepto, y vinculante) me convierte en nacionalista español a lo mejor lo entiendo. No ser verde no te convierte en azul.

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    4. ¿Qué quiere decir estar en contra de la independencia? ¿Que votarías no en un referéndum, pero que la aceptarías si la mayoría vota lo contrario? En ese caso, retiro el adjetivo (al menos en el sentido peyorativo en que yo lo empleaba).

      JLGM

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    5. Estoy totalmente en contra porque me parece un error histórico, porque sufriría la economía de ambas partes, porque no le veo objeto ni sentido ni razón y porque creo que la inspiran argumentos falaces e indignos (y ninguna de estas razones tiene que ver con nacionalismo español ni ruptura de la patria ni nada parecido). Desde luego si me consultaran a mí votaría rotundamente no. Dicho esto, como ya he escrito hasta la saciedad en todas partes, soy partidario de que hagan la consulta, voten los catalanes y sea vinculante.

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    6. Para la independencia de un país, el principal argumento es que la quieran los ciudadanos de ese país. Lo de que sufra la economía está por ver: hoy en día los acuerdos económicos entre diversas naciones son tan frecuentes como entre las regiones de una misma nación.
      Lo que hay que enseñarle al españolito de a pie es respeto a las decisiones de los demás. Es posible que a ti no te guste Mas como presidente de la Generalitat, pero es el que han escogido los ciudadanos de Cataluña. Es posible que a ti no te gusten las decisiones que tomen los catalanes sobre su comunidad (o los escoceses), pero te gusten o no (eso queda para ti) debes respetarlas. Y negociar los propios intereses para que el resto de las comunidades no queden perjudicadas con sus decisiones, claro. Pero siempre desde la aceptación de las decisiones libre y democráticamente expresadas.

      JLGM

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  5. Gijonés vergonzante.22 de septiembre de 2014, 9:40

    Zapatero era (es) un necio, Felipe un cínico desvergonzado y Pedro Sánchez un ignorante al servicio de titiriteros en la sombra. Pero Zapatero es un necio bondadoso, don Felipe un cínico ególatra y rencoroso y don Pedro un ignorante sin sentido del ridículo.
    Yo, como Martín, también me quedaría con Zapatero: de la bondad se puede esperar regeneración, pero de la desvergüenza megalómana y de un pelele sin criterio propio, nada bueno.
    Lo del show de la telebasura, esclarecedor y definitorio. Pero servidor no va a tener que torturarse el cerebelo (como Kurtz) para, en los próximos comicios, escoger entre bobos, cínicos o trepadores; uno, salvo brote esquizofrénico o alzheimer sobrevenido, apostará por una nueva formación que concita el entusiasmo de los ávidos de decencia, esa que tiene que soportar que la acusen de "bolivariana", de parte de miserables que, en su indecente ignorancia y viviendo como viven en este charco de corrupción cuasi dictatorial, cargan sus piezas de artillería contra un gobierno democrático -el de Venezuela- como si fueran aplicados esbirros de la CIA. Al último que escuché acusar de "bolivarianos" a los chicos (mindundis adolescentes como Jiménez Villarejo) de PODEMOS ha sido al lumbrera de Pedro Sánchez.
    Menudo dilema se te presenta, buen Martín. Con lo fácil que iba a ser que cambiases de partida...

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  6. Llegados a este punto, el poeta de las sutilezas resulta que lo es el playo vergonzante; Martín -poeta mío de cabecera- se queda en amanuense de horizontes de Titán..., que, como todo el mundo sabe, es un modesto planetoide en el que el horizonte queda a tiro de piedra. Horizontes cercanos, miradas de corto recorrido, lanzaderas de elevación estratosférica cerradas por vacaciones de verano. Pena, penita, pena.

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  7. Lástima que el bueno de Giuseppe Verdi no genere tantas conversaciones como los asuntos escoceses y catalanes. Y digo que es una pena porque lo considero uno de las más grandes músicos de la historia.

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  8. La puesta en escena-cada 11 de septiembre inventando un nuevo corro de la patata- es ya tan empalagosa que hace uno votos porque voten cuanto antes.
    Dice JLGM: que voten los catalanes, pero quienes son esos catalanes ¡ un señor de Zamora que lleva 10 años por allí y que ya es un doble líder: izquierdista e independentista! ¿ un oximoron?¿. los hace cuatro días calificados de charnegos por los burgueses catalanes ?
    Pero , en fin aparte el aspecto cómico de la cuestión catalana, lo que uno pide es conocer quién va a pagar la deuda que llega al 100 por 100 del PIB y qué va a pasar con las pensiones cuando en unos años toque jubilarse. Para qué hablar de democracia , de ciudadanía , de igualdad de obligaciones y derechos.

    Javier

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    1. Javier, Javier, qué cosas dices. Parece que la caricatura que inventan los independentistas catalanes del típico español centralista existe. A juzgar por tu comentario eres un buen ejemplo.
      1:/ No conviene reírse de la expresión de los sentimientos ajenos, sean patrióticos o sean de otro tipo. ¿Te parecería bien reírse de que los estadounidenses se pongan en pie y se lleven la mano al corazón cuando suena el himno? ¿O de que planten su bandera en el jardín y en cualquier parte? Respeto es la primera asignatura que debemos aprender.
      2./ Catalanes son todos aquellos que viven y trabajan en Cataluña, hayan nacido donde hayan nacido. Eso es lo democrático. Y me parece incomprensible que alguien pretenda negarle el derecho al voto a un ciudadano de Cataluña porque haya nacido en Zamora. Los catalanes le dan cien vueltas en respeto a la democracia a mi interlocutor y no se extrañan de que un cordobés haya llegado a ser Presidente de la Generalitat.
      3./ En cuanto a quién va a pagar la deuda y las pensiones, que no se preocupe: los catalanes son buenos pagadores y pagarán lo que les corresponde. Los asuntos económicos, si la independencia llega, se resolverán mediante pactos para que cada parte se haga cargo de la deuda (y de los ingresos) que le corresponde.
      4./ Y en cuando a la frase final, que no se preocupe Javier: de democracia, de ciudadanía, de igualdad de obligaciones y derechos Cataluña no necesita recibir lecciones (y menos que nadie de quienes piensan --es un decir: lo suyo parece más bien un desahogo-- como él).

      JLGM

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  9. Bueno, don Martín, sobre eso que le dice al Javi de que no hay que reírse de los yankys que se llevan la mano al corazón y plantan una bandera en el jardín, pues que depende. Si el patriota aquel no es un negro, chicano, portorriqueño o cualquiera otra carne de cañón (los enrolaban en los ejércitos y los parachutaban en los frentes de guerra con mucha mayor frecuencia que a los blancos), si es un WASP, en definitiva, lo entendería. Pero si fuera un colgao, un paria de tantos como las pasan putas en aquel paraíso, quien hiciera estos gestos patrioteros, pues que se está pasando un tantico, don Martín. Mire usted: si en lugar de ser una persona con el cerebro lavado y tal fuese alguien que conociera la negrísima historia (sobre todo la reciente) de ese país, pues que no iba a ser nada raro que en lugar de llevarse la mano al pectoral izquierdo se despachara con una soberbia higa (con cuidado de que no lo vieran los del FBI, que esas cosas son muy castigadas), y en lugar de una bandera iba a plantar un limonero.
    Usted, don Martín, es un tipo un poco raro, que lo mismo aparenta que carece de prejuicios patrioteros y luego se descuelga con tics que lo contradicen. ¿Qué es eso del respeto hacia hacia los demás, si los demás nos hacen judiadas a destajo? Servidor no le tiene ningún respeto a los USA, mire usted..., si acaso pelín de miedo. Y mi patriotismo hispanistaní está bajo cero. El suyo ya ha dicho que no, que a mucha honra. Usted mismo, don Martín.

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  10. Son respetables las personas, no las ideas y sus manifestaciones que siempre pueden ser objeto de crítica. José Luis,intentaba utilizar la ironía en la primera parte de mi comentario pero observo que no tuve éxito alguno.
    Lo preocupante no es lo que piensen los independentistas catalanes sobre la existencia de centralistas españoles sino hasta qué punto muchos ciudadanos españoles han interiorizado- parece ser su caso- los prejuicios nacionalistas de tal manera que todo lo que signifique criticar los postulados nacionalistas, la fragmentación y la irracionalidad no pueda se debatido.
    Respecto a la supuesta generosidad catalana en el reparto de la deuda me gustaría ser tan optimista como JLGM pero los antecedentes me hacen sospechar que estaríamos cayendo en un optimismo un tanto panglosiano ya que se nos viene diciendo por los nacionalistas catalanes que España les roba anualmente 15.000 millones anuales- desmentidas por Borrel de forma hasta no rebatida- de manera que no creo que estén tan dispuestos a asumir su parte en la deuda pública española. Y ya sabemos que con las cosas de comer no se juega.
    Javier

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    1. ¿Así que el texto era irónico? Me tranquilizo un poco, me avergonzaba bastante que un compatriota pensara así.
      Dejémonos de generosidad y negociemos tranquilamente las dos partes, cada una procurando su interés, hasta llegar a un acuerdo. Es como funciona el mundo civilizado.
      Todo se puede criticar, amigo Javier, y yo creo que hago buen uso de esa posibilidad. Pero hay modos y modos, algunos como el suyo --menos mal que era irónica-- solo dejan en mal lugar a quien los utiliza.

      JLGM

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  11. Estimado anónimo, tu respuesta incurre en claros sofismas, demuestran escaso respeto por la legalidad española, aunque creas lo contrario. Un referéndum es vinculante o no es vinculante de acuerdo con el decreto de convocatoria y no depende de lo que piensen o dejen de pensar unos y otros. La ley de consultas catalanas que acaba de ser aprobada es perfectamente legal y permite hacen una consulta para saber lo que piensan los catalanes respecto de un determinado tema. Sea cual sea el resultado, la relación de Cataluña con España seguirá siendo la misma: May y Rajoy (democráticamente elegidos ambos) tendrán las mismas atribuciones legales. Otra cosa es que ese resultado impida repetir determinadas afirmaciones (¡La mayoría de los catalanes están en contra de la independencia, que es un invento de cuatro políticos!) y que, con ese resultado en la mano, los gobernantes catalanes se sientan autorizados para iniciar los cambios que algún día permitan un referéndum como el de Escocia (ese sí vinculante, y no consultivo).
    Cierto que hay quien puede pensar, como el gobierno, que la ley de consultas de la Generalitat no es constitucional (eso se piensa de muchas leyes, es relativamente frecuente) y que puede recurrirla, pero aunque una ley se recurra sigue siendo legal hasta que el tribunal constitucional decida que, en su totalidad o en parte, no es constitucional. Cierto que por una potestad del gobierno este puede pedir la suspensión cautelar de una ley en cuanto la recurra. Pero solo por cinco meses: si en ese tiempo, el tribunal no se ha pronunciado (y suele tardar más en pronunciarse, a veces hasta dos años) esa suspensión debe ser levantada y la ley aplicarse (y una norma en suspensión cautelar sigue siendo legal, aunque de momento no se aplique).
    Y la decisión del Constitucional no está tan clara como algunos, dejándose llevar por sus deseos, pretenden. Sentencias anteriores han determinado cuándo una "consulta", aunque no se se llame referéndum, es un referéndum que necesita permiso del gobierno central, y una de esas condiciones es que el ámbito de aplicación coincida con el cuerpo electoral. La norma catalana no coincide, ya que pueden votar también los mayores de dieciséis años.
    En fin, que el asunto es discutible. Estamos cansados de pedir a los catalanes que respeten la legalidad. ¿Por qué no procuramos el resto de los españoles respetarla también y, en asuntos controvertidos, dejar que sea el Tribunal Constitucional quien decida?

    JLGM

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  12. Me temo que, en este asunto, es JLGM quien incurre en sofismas. Termina pidiendo que dejemos que sea el TC quien decida. ¿He dicho yo en algún momento que no sea así? ¿Implica eso el que Patxo Unzueta, yo mismo o quien sea, no podamos en absoluto tener opinión, o hacerla pública, sobre lo que supone la actitud de los convocantes de dicha consulta (la sutil distinción que hace Unzueta entre lo que sería "derecho a opinar" y lo que ellos llaman, será por algo, "derecho a decidir", por ejemplo)?

    JLGM parece pensar que cualquier manifestación de desacuerdo con la dicha consulta, su modo de convocatoria o todo particular que se refiera a ella, es algo así como incurrir en desacato con respecto al TC, o en falta de respeto al menos a las funciones que tiene constitucionalmente atribuidas. Pienso que, claramente, se equivoca en esto (como se equivoca también, y se lo he dicho antes de ahora, saltando sin problema del desacuerdo con ciertas ideas a la descalificación personal de quien las sostiene).

    Ni opinar y dar razones es usurpar la función de un organismo público (no es lo mismo una opinión que un dictamen, o una sentencia), ni decir "lo que afirma no es cierto, porque..." que "es usted un...". Son distinciones que yo tengo claras; sería bueno, pienso, que JLGM las tuviese igual de claras que yo. Facilitaría el entendimiento, sin duda.

    (Y un último detalle: cuando dice "estamos cansados de pedir a los catalanes que respeten la legalidad. ¿Por qué no procuramos el resto de los españoles respetarla también?, y lo que sigue, parece implicar -como otras veces- que "los catalanes" actúan con, en sus palabras, un "exquisito respeto" a la legalidad, cosa que "el resto de los españoles" no practicamos, desdichadamente, en la misma medida. ¿Es que la ANC, pidiendo no sólo que el referéndum sea vinculante, sino que se proclame la independencia el 24 de Abril del próximo año; Ómnium Cultural, con su famoso eslógan "una lengua, una escuela, un país", y unas cuantas docenas de ejemplos más que podría poner sin ningún trabajo, son muestras del "exquisito respeto" en cuestión, o es que sólo es criticable la falta de él si sucede fuera de Cataluña? La Constitución, a día de hoy, figura como mayoritariamente aprobada por TODOS los españoles, y vigente también para todos; mientras eso no cambie, el "respeto" que se pide, ¿no debería ser igualmente obligación de todos?).

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  13. ZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZ....BRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR....ZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZ....BRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR, ZZZZZZZZZZZZZZZ...... Mñññ, Mññ, burffff.... ZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZ...BRRRRRRRRR...Mñññ, aggg, blub, mññ....

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    1. Cómo me gusta este último anónimo. Da en el clavo. Al otro, con todos los respetos, no se me ocurre más que descalificarle. No se entera de nada. De nada. Da nada. De ninguno de mis argumentos. O no quiere enterarse. Cuando yo hablo del respeto a la legalidad, me refiero y lo repito por enésima y última vez a las actuaciones del gobierno de la Genealitat y del gobierno central, no a las opiniones de este señor o de aquella organización. Unos quieren ser independientes, otros no quieren dejarlos ser independientes. Allá ellos. ¿Cómo voy a ponerme yo a calificar lo que ha dicho Pepito y lo que ha dicho Juanito? La ley de consultas no es ilegal. Lo será si el tribunal constitucional así lo declara y cuando lo declare. Si esto es un sofisma, que venga Dios y lo vea. Y en cuanto al derecho a opinar y el derecho a decidir, otro sofisma del que quiere meterse en líos: la consulta permite opinar, los catalanes no se conforman con eso, quieren tener también el derecho a decidir y lucharán para tenerlo, pero de momento, hay que ir paso a paso, se trata de que se les permita opinar. Lo que sería posible con las leyes actuales si el gobierno central no busca argucias para impedirlo.
      Y prometo no hablar más del asunto, aunque no sé si seré capaz de cumplir mi promesa.

      JLGM

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    2. Yo hago idéntica promesa. Sólo recuerdo, para terminar, que en su última nota JLGM hablaba de, cito, "el resto de los españoles" (no "el Gobierno central") diciendo que deberíamos "respetar la legalidad". Y no entiendo por qué de esa obligación parecen, según JLGM, estar exentos "el resto de los catalanes", a los que al parecer no alcanza igual crítica. Y yo no entiendo por qué. No es más que eso.

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  14. Martín tiene razón, lo que dice Patxo Unzueta y usted forma parte de la misma paranoia: no se puede prohibir algo solo por sospechas que están por demostrar.
    Los catalanes tienen derecho a DECIR LO QUE PIENSAN (prohibir el pensamiento es propio de la Inquisición) y es escandaloso ampararse en supuestas y aviesas intenciones de los convocantes. Otra cosa sería que, tras la consulta, se pretendiese algo que confrontara con la legalidad vigente. Pero cada cosa a su tiempo.
    Parece que usted no acaba de asimilar algo perfectamente democrático, que solamente tiene la respuesta negativa que tiene por el déficit democrático de muchos.

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  15. Estaría bien que quienes defienden la famosa "consulta" lo hiciesen con argumentos un poco menos endebles. Lo que aquí me dice "R.", con la misma falta de modales ("paranoia") que otros con los que he discutido, es que, le cito, "los catalanes tienen derecho a DECIR LO QUE PIENSAN -las mayúsculas, equivalentes a hablar gritando, son gentileza suya; se la agradezco, pero mi sordera va mucho mejor últimamente, gracias- (prohibir el pensamiento es propio de la inquisición)".

    Y digo lo de la endeblez porque es obvio para cualquiera, o debiera serlo al menos, que nadie ha prohibido (ni podría, aunque quisiera) que los catalanes piensen lo que deseen. Tampoco que lo digan. Es más, ni siquiera está prohibido (y a mí me parece perfectamente bien, y tendrían todo mi apoyo si no fuera así) que existan asociaciones y partidos claramente independentistas, y que los apoye, públicamente incluso, quien lo desee. Luego todo lo que dice es una inútil pérdida de tiempo.

    Lo que aquí se discute es otra cosa: en concreto, si el Gobierno y el Parlamento catalanes tienen derecho a convocar una "consulta" (ya he explicado la razón de las comillas) con la independencia como tema. En la entrada anterior a ésta ya recordé una sentencia anterior del TC que dejaba claro que ni uno ni otro organismo tienen compertencia jurídica para convocar un referéndum secesionista. Que esa clara afirmación del TC no sea "democrática" es una opinión suya, pero sólo eso; y si hay "paranoia" y "déficit democrático" será más bien, pienso, en quienes como usted no conciben que otros puedan tener una opinión distinta de la suya. Un poco más de calma no le haría ningún daño. Ni a nadie; que, de veras, me parece que en este asunto se pierden los estribos con una facilidad tristemente asombrosa.

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    1. Qué pesadez, anónimo. Pero no puedo resistir la tentación de responder a tu última afirmación (aunque sea para nada: nadie nos lee, y tú seguirás con lo tuyo). Lo que el tribunal constitucional ha dicho que no se pueden convocar, sin permiso del gobierno central, son consultas que equivalgan a un referéndum, se llamen como se llamen. Y ha dado unas características que son los las que determinan esa equivalencia. La ley de consultas del parlamento catalán se ha hecho teniendo en cuenta esa sentencia, buscando que fuera constitucional (y lo expertos consultados, en una proporción de cinco a cuatro, o sea por mayoría, han dicho que es constitucional). Puede que no lo sea, pero está por ver. La sentencia anterior no se refiere a esta ley, que no existía. Esperemos entonces. Acepte por lo menos, anónimo tan sensible a las descalificaciones, que el tribunal constitucional existe por algo, que si cualquiera pudiera ya ver claro lo que es constitucional y lo que no sería un organismo superfluo. Acepte, y me es muy difícil contener la tentación de descalificarle, que una ley es legal, si ha sido legalmente aprobada, y aunque haya sido recurrida ante el tribunal constitucional, hasta que este decida que es inconstitucional (si es que decide eso, y no lo contrario). ¿Es legal la actual ley del aborto? Pues está recurrida por inconstitucional, Pida usted que lleven a la cárcel a todos los jueces, mujeres, médicos que la aplican. Sea consecuente con la ley del embudo que pretende aplicar a los catalanes. Aquí no se trata de opiniones, sino de hechos. Consulte usted con expertos: una ley es legal, aunque esté recurrida, mientra el constitucional no decida. Si usted se empeña en seguir discutiendo esto, entonces sí que resistiré la tentación de volver a hablar del tema con usted.

      JLGM (algo irritado por la terquedad del comentarista, y pide disculpas por ello).

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  16. Sí, este hombre parece un acomplejado que siente como hierro candente que le "ofendan" y que le hagan pupita con frases altisonantes: llega a protestar porque usen las mayúsculas, no siendo él sordo (!). Sordo no será, pero como si lo "sería" (solo faltaba que fuese vasco y que tomase mi "sería" por una pulla a su persona). Un caso clínico este anónimo. Además, no entiende algo tan sencillo de comprender como que el Consejo de Garantías Estatutarias dio, por mayoría, luz verde a la consulta. ¿Cómo puede ser tan obstinadamente necio este hombre?
    Y siento mucho herir su alma sensible con estas palabras tan abruptas. Pero, en verdad os digo, que también él me debe alguna disculpa por cierto repunte de la tensión arterial que sufro cuando le leo.

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  17. Yo lamento que tanto a JLGM como a "Rob." mis intervenciones les pongan de los nervios, y eso hasta el punto de que uno y otro recurran a la descalificación personal y, en el caso de "Rob.", al insulto ("obstinadamente necio") sin ningún problema, justificándose en lo nerviosos que les pongo o en que mis presuntas sinrazones autorizan dicha descalificación personal. Yo he denunciado unas cuantas inconsecuencias en lo que dice JLGM (recuerdo sólo una: él afirmaba que "el resto de los españoles", por oposición en esto a los "catalanes", no respetábamos, o no suficientemente, la ley; pero cuando le he puesto ejemplos de actitudes de organismos catalanes que no parecen precisamente muestra del "exquisito respeto" que pretende, me responde que él hablaba, no de la población en general, sino de los respectivos gobiernos; lo de "el resto de los españoles" queda convenientemente olvidado. Y como ésta, unas cuantas más; no obstante lo cual, no verá que yo pierda, como él, los estribos y le descalifique personalmente; me obstinaré en razonar hasta donde pueda, o donde me dejen, él y otros).

    Respecto a lo último que me dice JLGM, le recuerdo que yo contestaba, en la nota que tanto le impacienta, a "R.", quien aseguraba que se pretende prohibir a los catalanes "decir lo que piensan" e incluso "pensar lo que deseen" (con alusión a la Inquisición, para que quede más claro). Semejante afirmación, absurda como es, no le parece a JLGM que merezca ningún comentario; que yo diga que es absurda, en cambio, le pone sumamente nervioso. Qué le vamos a hacer.

    Tan nervioso, que ni siquiera se toma el trabajo de contestar, "algo irritado" como está, a lo que yo digo. Me asegura que "una ley es legal mientras el TC no decida". Respuesta a la que no tengo nada que objetar: estoy completamente de acuerdo con ella. Pero he repetido ya varias veces que una cosa es la competencia del TC, que yo no pretendo usurpar (ni podría, aunque quisiera, que no es el caso), y otra la posibilidad de opinar sobre las actitudes del Gobierno catalán (lo mismito que él opina sobre las del español, vaya) o las posibles consecuencias de las disposiciones que adopte. Que tanto uno como otro contradictor se obstinen en confundir una cosa con otra, no es culpa mía; que el que se lo explique una y otra vez les ponga tan nerviosos, tampoco. De veras que lo siento. Pero la única salida que uno y otro parecen encontrar aceptable es que me calle. O sea, que haga justamente lo que "R." denuncia, absurdamente, que se pretende según él hacer con la población catalana: reducirla al silencio.

    En fin: lo dejo. Mi postura ha quedado, pienso, suficientemente explicada. Recuerdo sólo, para terminar, la anécdota que contaba Borges, en su "Arte de injuriar". Copio:

    "A un caballero, en una discusión teológica o literaria, le arrojaron en la cara un vaso de vino. El agredido no se inmutó y dijo al ofensor: Esto, señor, es una digresión; espero su argumento. (El protagonista de esa réplica, un doctor Henderson, falleció en Oxford hacia 1787, sin dejarnos otra memoria que esas justas palabras: suficiente y hermosa inmortalidad)".

    Yo digo lo mismo; aunque JLGM, o cualquiera que se sume, persistan en arrojarme vasos de vino (dialécticos) a la cara, no por eso tendrán más razón; ni conseguirán que les responda en términos parecidos. Lo que sí puede hacer es pedirme, o exigirme, si mis palabras (no los vasos de vino, descalificaciones o insultos que no verá que utilice) le desazonan tanto, que deje de intervenir en su blog. Lo lamentaría; pero el blog es suyo, y puede estar seguro de que, en tal caso, así lo haré.

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  18. Leído en e-Noticies :

    El periódico Financial Times asegura que el Gobierno español debe "permitir un referéndum catalán" sobre la independencia. En un artículo de opinión publicado este lunes y firmado por Gideon Rachman, se compara los casos de Catalunya y Escocia y se afirma que David Cameron ha sido "más astuto" que Mariano Rajoy.

    "España está intentando frustrar el movimiento de independencia catalán" mediante la ley, afirma antes de decir que "el gobierno central dice que los nacionalistas catalanes deben respetar la Constitución de España. Y la Constitución establece que es ilegal celebrar un referéndum sobre la independencia".

    "Sobre la base de la justicia y la prudencia, el enfoque del Gobierno británico parece más savio. Cameron, igual que Mariano Rajoy, el presidente del Gobierno español, es un conservador y un patriota. Los dos hombres se horrorizarían de presidir la ruptura de sus naciones. Pero el gobierno británico ha reconocido que, al ganar el poder en Edimburg, los nacionalistas escoceses han ganado el derecho democrático de celebrar un referéndum sobre su vieja aspiración de independencia. No tiene sentido tratar de encontrar la manera de frustrar a los legalistas", añade.

    El autor dice que "decirle a la gente que hay algo que está absolutamente prohibido es una manera segura de avivar su deseo de hacer esta misma cosa" y es por eso que considera que "el enfoque del gobierno británico, aunque arriesgado, es también psicológicamente astuto".

    También -a parte de citar los chillidos de "independència" durante el último Barça-Madrid- explica que el Gobierno español está usando el argumento del miedo (asegurando que Catalunya quedaria fuera de la UE) pero recuerda que "España está justo en el centre de la crisis del euro, de manera que el resto de la UE todavía se ve bien en comparación. La mayoría de los nacionalistas catalanes insisten que su nueva nación seguirá siendo parte del euro".

    Gideon Rachman destaca que en los casos de Escocia y Catalunya hay una gran diferencia. "Escocia aporta sólo 5,2 millones de una población total de cerca de 62 millones de británicos"; sin embargo, afirma, "las cuentas de Catalunya son 7,3 millones de una población española de 47 millones i es una de las regiones más ricas del país. Su pérdida sería un golpe terrible para España".

    "El Gobierno español tiene que dejar de esconderse detrás de la ley y permitir un referéndum catalán. El matrimonio no saludable puede sobrevivir sólo declarando ilegal el divorcio".

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  19. Como acaso ya se sepa, el TC acaba de suspender la consulta catalana, tras admitir los recursos del Gobierno español. El resultado de dicha suspensión es, cito de El País, que "En cinco meses tendrá que decidir si la mantiene interrumpida, sine die, o si revoca su decisión"; en este último caso, es decir, en el de la suspensión sine die, deberá motivar su resolución. Y digo esto porque lo que bastante más arriba dejó dicho JLGM, y que copio: "Cierto que por una potestad del gobierno este puede pedir la suspensión cautelar de una ley en cuanto la recurra. Pero solo por cinco meses: si en ese tiempo, el tribunal no se ha pronunciado (y suele tardar más en pronunciarse, a veces hasta dos años) esa suspensión debe ser levantada y la ley aplicarse (y una norma en suspensión cautelar sigue siendo legal, aunque de momento no se aplique)", parecería significar (y yo así lo entendí entonces) que pasados los 5 meses sería inevitable su vuelta a entrar en vigor, salvo que el TC se hubiese pronunciado respecto a los recursos; pero puede, repito, mantener sine die dicha suspensión, de acuerdo con las atribuciones legales que posee.

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    1. Puede mantenerla en suspenso cautelarmente "sine die", pero la ley, aunque no se aplique, sigue siendo legal hasta que el tribunal diga lo contrario. Y si tarda tanto en decidirlo me parece a mí que no estará tan claro que no es constitucional. Con lo cual, vuelvo a mi argumento (¡qué incapacidad la del comentarista para entender de qué estamos hablando), el gobierno miente, miente, miente, engaña a los españoles, al decir que la ley de consultas aprobada por el parlamento catalán es ilegal. No lo es, es perfectamente legal, hasta que el tribunal constitucional diga lo contrario. El gobierno español ha mentido a los españoles y no ha respetado al tribunal constitucional, al dar por segura su resolución (como si no hubiera separación de poderes y fuera una marioneta a su servicio) y no solo eso, sino que ha dado esa resolución por ya efectuada cuando aún es un futurible.
      Quede esta afirmación para la historia. Algunos pocos españoles, entre los que me cuento, no se han dejado cegar por el nacionalismo de sus paisanos..
      Artur Mas solo comenterá una ilegalidad cuando no respete la decisión del Constitucional. Hasta entonces, todos sus pasos han ido dentro de la legalidad. Y el gobierno ha engañado a los españoles. Y los periódicos le han seguido la corriente (sobre todo en los titulares, si se leían con cuidado las informaciones la supuesta ilegalidad ya no estaba tan clara).

      JLGM

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  20. En fin, me temo que, en este asunto, es inútil decir a JLGM nada que contradiga las convicciones que tiene elaboradas previamente a todo hecho (pre-juicio, se llama esa figura). Dice, por ejemplo, que "el gobierno español ha mentido a los españoles y no ha respetado al tribunal constitucional, al dar por segura su resolución (como si no hubiera separación de poderes y fuera una marioneta a su servicio) y no solo eso, sino que ha dado esa resolución por ya efectuada cuando aún es un futurible", cosa esta última todavía más grave ("y no sólo eso").

    Le cito dos informaciones aparecidas estas mañana en La Vanguardia. En la primera, Francesc Homs, portavoz del Gobierno catalán, "avisa de los efectos de la previsible suspensión de la consulta"; en la segunda, Junqueras, principal apoyo de dicho Gobierno, pedía evitar "volverse a rendir" ante "un veto del TC". Ambos, como puede verse, anticipaban (cosa nada difícil) la resolución del TC. Pero eso es horrible sólo si lo hace el Gobierno español; si lo hace el catalán o su principal apoyo, nada hay que decir al respecto.

    Respecto a la tendencia de JLGM a salirse de los argumentos para pasar a la descalificación personal, se la cedo toda; no verá que yo le imite en eso.

    Y no pretendo que nada de lo que yo digo "quede para la historia"; ni me creo tan importante, ni necesito pensarlo. Pero ya digo, lo dejo; es obvio que no vamos a convencernos mutuamente, y que JLGM prefiere posar para la Historia. Yo me conformo con bastante menos; con ir tratando de razonar, lo mejor que pueda, y de no descalificar a nadie, por ser, el hacerlo, actitud ineducada e inútil: si yo afirmo que dos y dos son cuatro, y JLGM (o quien sea) que veintisiete, seré yo quien tiene razón, aunque personalmente se me puedan reprochar miles de cosas. Simplemente, no es de eso de lo que se trata.

    Quede pues, no para la Historia (me resultaría incómodo, y hasta risible, aspirar a tanto), sino sólo para esta conversación, constancia de que este español no está de acuerdo con JLGM, no obstante lo cual se negará por principio a descalificarle personalmente de ningún modo; en eso, y como ya dije, le cedo todo el terreno.

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  21. No, querido amigo descalificado una y otra vez, no es que no estés de acuerdo con José Luis García Martín, es que no estás de acuerdo con los hechos. Esas informaciones de La Vanguardia no son argumentos en contra de mi afirmación (jamás he dicho que el gobierno de España sea el único que miente o que no respeta al tribunal constitucional, puede haber también otros, aunque hablar de una "previsible suspensión" no es lo mismo que dar por hecha esa suspensión y considerar ilegal una ley que, o todavía no existe, o es en ese momento perfectamente legal).
    Cuando hablo de la historia, con minúscula, no quiero decir obviamente que yo vaya a formar parte de ella, sino que lo que afirmo ahora se podrá leer --para eso están las hemerotecas-- dentro de veinte años o de cincuenta, cuando este conflicto sea historia. Y a mí me gustaría que entonces se considerara que estuve del lado de la razón y la ley y el respeto a la democracia.
    Sí, amigo, me gusta tener razón y por eso razono con argumentos y no con titulares de periódico espigados acá y allá. Y centro la cuestión, la única manera de aclararse. A mi interlocutor no le gusta que los catalanes decidan sobre su futuro político y le parece bien que se empleen todos los medios para impedirlo. No discutiré esa opinión ni le descalificaré por tenerla. Pero debería reconocer que la ley de consultas siguió todos los trámites legales hasta su aprobación en el parlamento catalán (incluido el preceptivo informe sobre su constitucionalidad, que fue favorable por mayoría) y por lo tanto era una ley completamente legal cuando Rajoy (o su vicepresidenta) afirmaba lo contrario. El imparcial lector futuro dirá quién se empecinaba en el error.
    Y a estos efectos lo que haya dicho Homs carece de importancia (solo a estos efectos, claro).

    JLGM

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    1. Bien; como ya dije antes, y más de una vez, dejémoslo aquí. Es obvio que 1) no vamos a entendernos 2) JLGM no tiene reparo en atribuirme lo que le parece, desde (como me dijo en una nota anterior) "oponerme por todos los medios" a que "los catalanes decidan" a (como me dice en ésta) "a mi interlocutor no le gusta que los catalanes decidan sobre su futuro político y le parece bien que se empleen todos los medios para impedirlo". Dónde haya dicho yo barbaridades semejantes, averígüelo el paciente lector. No sólo me parece necesario que los catalanes, o cualesquiera otros españoles, decidan sobre su futuro político (como por fortuna vienen haciéndolo libremente desde hace muchos años) sino que me opondría a cualquier intento de impedírselo. Y no sólo no soy partidario de servirme de "todos los medios" para hacer semejante cosa, sino que (al contrario de JLGM, y como ya le he recordado varias veces) ni siquiera lo soy de hacerlo en una simple discusión en un blog, y por eso no me verá entrar en el terreno de la descalificación personal, tan de su gusto en cambio. 3) Que ERC por boca de su presidente, la CUP, ANC y otros hayan llamado a la "desobediencia" si el veredicto del TC no era el que les convenía, y ochenta mil ejemplos más, algunos de los cuales ya he puesto aquí, es cosa sobre la que JLGM se empeña en no decir una palabra, aunque sospecho que diría alguna si eso ocurriera por la otra parte; pero para él sólo una es criticable. Dado que yo no estoy de acuerdo en tan unilateral punto de vista, tampoco aquí veo posibilidad de que nos entendamos.

      Y una cosa más, y temino: pienso que, en un conflicto público entre los gobiernos español y catalán, como parece el caso, alguna relevancia tendrá lo que diga una y otra parte (y JLGM se la ha dado, y no pequeña, a las declaraciones del presidente del gobierno español). Acaso él disponga de fuentes privilegiadas, y no necesite acudir a los medios públicos de información para enterarse de eso que unos y otros digan; los que no gozamos de esa ventaja tenemos que informarnos de esas cosas a través de ellos. Luego no se trata de que yo razone "con titulares de periódico espigados acá y allá", sino de que me sirvo de esos titulares, y de cosas que no son titulares (más de una vez he citado informaciones completas, o párrafos tomados de su texto) como medio de prueba de mis afirmaciones.

      En resumen: JLGM dice que "razono con titulares de periódico". NO. Razono con, perdón, razones, aunque pueda apoyarme en informaciones de la prensa para puntos concretos. Dice también que me parece bien que "se empleen todos los medios" para impedir "que los catalanes decidan sobre su futuro político". NO. Los catalanes deciden hace muchos años sobre su futuro político, y tienen todo el derecho a hacerlo. Pero lo hacen precisamente porque estamos en un Estado de Derecho cuya pieza maestra es una Constitución aprobada masivamente en Cataluña (fue, si recuerdo bien, el territorio en que más apoyo recibió), Constitución que no está para ser omitida o burlada, sino para que, de acuerdo con ella, manifiesten los catalanes (o cualesquiera otros españoles) su opinión sobre su futuro político, o su deseo de modificarla por los cauces que ella misma prevé. Que el TC haya admitido por unanimidad el recurso en contra de la ley catalana parece indicio de que algo habrán visto en ella que justifique la desconfianza sobre su "exquisita" legalidad, ¿no le parece?

      Esperemos pues, como usted mismo ha pedido reiteradamente, a su resolución; y mientras tanto, si fuera posible, contestemos a los argumentos del otro con eso, con argumentos, dejando las descalificaciones personales a un lado; y no atribuyamos al otro lo que jamás ha dicho, ni pensado, y que incluso es totalmente contrario a lo que sí ha dicho o pensado, sólo porque eso facilite el discrepar con él. Hacerlo, es decir, atribuírselo, no es un proceder muy (¿cómo lo diríamos?) legítimo, ¿no?

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  22. Sigan ustedes dos discutiendo sobre el sexo de los ángeles... Mientras, un torrente de prevaricación da al traste con las anémicas esperanzas de los bienpensantes, que van tirando a base de nómina más o menos asegurada. Si algo ha quedado claro en el "caso" catalán es que las leyes -casi siempre- son un cuello de botella que trata de colapsar las aspiraciones de los más; un entramado de cortapisas y de subterfugios (que además han de interpretar ciertos elementos clientes de una parte), tumban (o eso pretenden) cualquier iniciativa de quienes se rebelan contra los abusos consagrados "por ley". Leyes que, frecuentemente, se dictan desde los escaños logrados con mentiras conscientes y promesas que nunca se pensó que hubiese obligación de cumplir: de ahí viene la sacrosanta "legitimidad" que pretenden que respetemos a rajatabla. Y no digo que no haya que dotarse de leyes y que estas no se hayan de respetar. Lo que sostengo es que estas han de CAMBIAR cuando no sirvan para dar cauce a la voluntad mayoritaria, y no enrocarse en resultados electorales del pasado, a todas luces no representativos del estado de opinión actual. Porque leyes las vienen dictando los regímenes más abyectos (el corpus legal del franquismo, por ejemplo, era una pirámide inmensa) sin que les asista la legitimidad. Si servidor, para apoyar este alegato, ha de recurrir a un argumento tan elemental como el de que las leyes han de estar al servicio de la gente y no viceversa, y no obstante se le replique que sin leyes no hay estado de derecho, es que no se ha acabado de entender lo sustancial. Un ejemplo de la relatividad de las mayorías parlamentarias, tan legales ellas y tan legitimadas al parecer para legislar a su antojo, dado que cuentan con avales (votos) que lo justifica: con mayoría absoluta, el PP se ha visto OBLIGADO a retirar su proyecto de ley de reforma de la ley del aborto. Qué cosa, tú..., unos señores que se vienen escudando en lo legal y legítimo que es atropellar los derechos adquiridos de los españoles, ahora resulta que retiran el proyecto de ley "porque han de buscarse consensos sociales amplios para semejante medida". Cinismo, jeta de piedra es lo que tiene esta gente. Y miedo, mucho miedo a recibir el castigo electoral de los casi siempre ninguneados.
    Está clarísimo (?): las leyes injustas están para que se las cambie.., hasta que las nuevas, a su vez, se muestren insuficientes y haya que volver a cambiarlas. ¿Como se consigue esa mutación? Ahí está la Historia para ser leída y reflexionada.
    Pensar lo contrario de lo que digo es ignorar lo que es la democracia. Quienes sacralizan el cumplimiento de las leyes por sobre cualquier otra consideración no tienen RAZÓN.












    PD.- Y hablando de leyes, ¿para cuándo una que expulse del poder político a los que incumplen flagrantemente lo que prometieron en campaña electoral?

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